El Día Internacional del Hombre se celebra cada 19 de noviembre, iniciativa que tiene como fin destacar el rol positivo y las contribuciones del género masculino a la sociedad. En este artículo reflexionamos sobre las nuevas masculinidades y las maneras de mejorar las relaciones sociales y personales.
La noción de nuevas masculinidades surge de los movimientos feministas que demandan la participación de los hombres y de su reflexión respecto a lo que significa serlo, explica Juan Carlos Ramírez Rodríguez, investigador de la Universidad de Guadalajara.
El doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología Social, detalla que también las nuevas masculinidades tienen que ver con las respuestas que tienen los hombres al preguntarse cómo se construye, qué implica la masculinidad y cuáles son las nuevas formas que encuentran para relacionarse con las mujeres y con otros hombres.
“Las nuevas masculinidades es una manera engañosa de denominarla, porque no necesariamente lo nuevo quiere decir que sea positivo, pues se puede ser novedosamente masculino opresor, por esa razón se han propuesto conceptos distintos como: masculinidades igualitarias, hombres igualitarios, masculinidades positivas, hombres pro-feministas”, explica Ramírez.
Señala que el centro de la discusión recae en las preguntas: ¿Cómo es que los hombres nos pensamos?, ¿Cómo hemos sido formados y socializados? y ¿Cómo esta socialización nos empuja a establecer relaciones con otros y con nosotros mismos? Son reflexiones que sirven para desarticular comportamientos lesivos o agresivos y concebirse y relacionarse de forma distinta.
Lo interesante es que la idea de ser hombre no se encasille a desarrollar determinadas acciones o roles, y que seamos capaces de desmantelar eso que denominamos “masculinidad”, como el género que discrimina, excluye, estigmatiza, subordina e impone el juego del control, explica Ramírez, quien tiene postdoctorado en Políticas de Salud Reproductiva.
Nueva manera de ver el mundo
Actualmente, algunos hombres, principalmente los que pertenecen a las nuevas generaciones, han apostado por relacionarse de manera distinta a la que aprendieron en casa.
El nuevo orden del mercado laboral ha empujado -en gran medida- a estos cambios. Hoy en día hombres y mujeres trabajan y tienen participación activa en las diversas esferas de vida.
“Entonces se ha empezado a configurar una nueva forma de mirar el mundo. Un ejemplo fue la marcha del 8 de marzo y el paro de actividades del 9 de marzo por parte de las mujeres, que generaron que otros sectores sociales tomaran conciencia y que los hombres se auto-analizaran”.
Sin embargo, el especialista destaca que se necesita cada vez más una voz crítica por parte de ellos, a fin de entender que los privilegios de los que han gozado los hombres tienen un alto costo: soledad; presión social por desempeñar una serie de mandatos; anular la sensibilidad y distanciarse de las relaciones familiares para mantener el control que no es más que un falso respeto. Mientras que, en el ámbito laboral, prevalece la competencia que trae desgastes y costos para la salud.
“Si repasamos las 10 principales causas de muerte y si además nos preocupamos por desagregar por grupo de edad, descubriremos que los fallecimientos están relacionados a la violencia, homicidios, accidentes, a problemas del corazón o a la falta de auto atención, es decir, a problemas relacionados con comportamientos lesivos que responden a mandatos de una masculinidad rígida.
“Si hacemos un recuento, los costos son enormes en términos monetarios y en enormes también en el deterioro de las relaciones personales”.
Se requiere un cambio de patrones culturales; una política preventiva de la violencia; que los hombres generen procesos de autocuidado; que participen en las salas de parto donde se genera una fuerte sensibilización a la vida y rechazo a la violencia.
Se requiere además ser parte de los cuidados prenatales y que se conozca con mayor detenimiento la licencia de paternidad, pues cuando una persona cuida a otro, se cuidan a sí mismo.
“Se necesita también que los hombres participemos activamente en la corresponsabilidad de las tareas domésticas y de cuidados dentro de la casa: lavar platos, el baño, planchar, barrer, trapear y sacudir”, dice Ramírez.
Te invitamos a conocer más del contexto estadístico de este sector de la población: https://iieg.gob.mx/ns/wp-content/uploads/2020/11/D%C3%ADa-del-Hombre-2020.pdf
No hay privilegios en los varones, las leyes están mas a favor de la mujer y la sociedad toma como desechable al varón. Es de gente inconsciente decir que el varón ha gozado de privilegios cuando ellos arriesgan mas sus vidas y son tomadas a menos. Se les minimiza sus sufrimientos e inequidades. Ya están cansados también de que las mismas mujeres sigan haciéndose las únicas víctimas, cuando ellas también propician la discriminación hacia los varones.