El 11 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Niña, que busca fomentar el reconocimiento de sus derechos y problemáticas. La socióloga María de Los Ángeles González Ramírez, académica de la Universidad de Guadalajara, nos explica la importancia de trabajar para evitar los estereotipos que por décadas padecieron las mujeres.
Este 11 de octubre, se conmemoró el Día Internacional de la Niña, que busca fomentar el reconocimiento de los derechos y el conocimiento de las problemáticas que enfrentan las niñas en todo el mundo, principalmente en países no desarrollados.
Durante 2020, en Jalisco había un millón 36 mil 936 niñas, es decir, 12.4 % de la población de Jalisco eran niñas de 0 a 14 años. De ellas, el 34.2% tenía de entre 5 a 9 años, el 33.8% de 10 a 14 años y el 32.0% de 0 a 4 años.
La socióloga María de los Ángeles González Ramírez, académica de la Universidad de Guadalajara, señala que es importante reconocer el trabajo que se ha hecho en Jalisco, desde el hogar, la escuela, los espacios comunitarios y las instituciones, para estimular la participación de las niñas y detener los estereotipos que por décadas padecieron las mujeres.
“Estos estereotipos tienen que ver con la discriminación, la sectorización de género, y de colocarnos en la división sexual del trabajo, donde las mujeres estaban en la casa y no se valoraba su desarrollo como personas, como científicas o como trabajadoras”.
Para González Ramírez, la educación es y será la clave para generar igualdad y equidad entre mujeres y hombres. Indica que la principal agenda que se debe promover en Jalisco es la educación sexual, a fin de prevenir el creciente embarazo que se da en la adolescencia.
De acuerdo con la ficha Día Nacional para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes del IIEG y con los registros de nacimientos de Secretaría de Salud, en 2019 hubo 127 mil 879 nacimientos de madres residentes de Jalisco; de ellos, el 16.4% (21 mil 027) de los casos eran de madres niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años.
De los 21 mil 027 nacimientos ocurridos en 2019 de madres adolescentes jaliscienses, 537 (2.6%) eran de menores de 15 años, mientras que 20 mil 490 (97.4%) tenían entre 15 y 19 años.
En lo que se refiere al embarazo en las adolescentes en los municipios, en 2019 Zapopan fue el que presentó el mayor monto de nacimientos de madres de 10 a 19 años, con un total de 2 mil 889; seguido de Guadalajara con 2 mil 740 y Tlajomulco de Zúñiga con 2 mil 037. Estos tres municipios concentraron el 36.5% de los nacimientos de madres adolescentes de esas edades en el estado.
A decir de la investigadora, es importante reforzar la formación en la sexualidad desde los niveles educativos primarios hasta la preparatoria para prevenir abusos sexuales, enfermedades y embarazos no deseados. Además, la educación de la sexualidad deberá contemplar el conocimiento sobre la identidad de género y su expresión.
“Como dice el doctor Eusebio Rubio, la educación de la sexualidad debe estar más focalizada en género, reproducción, erotismo, afecto, amor y atracción. Para que las y los jóvenes estén más atentos a quien les atrae emocional, afectiva y eróticamente y puedan tener compromisos de respeto y amor hacia las otras personas”, detalla la maestra en Ciencias Políticas.
El desarrollo de una sociedad, indica la investigadora, vendrá cuando se amplíen las posibilidades de desarrollo de las personas, dejando a un lado todo aquello que limite las habilidades y fortalezas de las mujeres.
“Es importante ampliar nuestra mirada. Desarrollar la potencialidad de ellas como científicas, como deportistas, para propiciar una sociedad más igualitaria”, dice la especialista en estudios de género.
Si seguimos con esquemas limitantes no podríamos alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) contemplados para el 2030 que proponen las Naciones Unidas.
Para cumplir con el objetivo, México debe cumplir con las metas en el tema:
– Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación. Las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado.
– Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.
– Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública. Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva.
– Emprender reformas que reconozcan la igualdad de derechos de las mujeres al acceso a los recursos económicos, a la propiedad y al control de la tierra y otros tipos de bienes, los servicios financieros, la herencia y los recursos naturales, de conformidad con las leyes nacionales.
– Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles.
Para la investigadora González Ramírez, “ni hombres, ni mujeres se benefician, si seguimos reforzando las actitudes machistas, lo que debemos procurar es el desarrollo de las personas, para que vivan libres, felices, amorosas y respetuosas a los otros”.