El 28 de agosto se conmemora el Día del Adulto Mayor, o Día del Abuelo. Aprovechemos esta fecha para reconocer el valor de las personas de la tercera edad y sensibilizar a la población sobre la importancia de proteger y hacer valer sus derechos y los problemas a los que se enfrentan.
Neyda María Mendoza Ruvalcaba, doctora e investigadora del Departamento de Salud Pública del Centro Universitario de Tonalá de la Universidad de Guadalajara explica que es necesario tener una mirada más positiva sobre el papel de nuestros adultos mayores en la sociedad –más en estos tiempos de crisis sanitaria- y pensar en soluciones constructivas hacía un futuro mejor.
“A consecuencia de la pandemia por covid-19, la población adulta ha tenido que acatar recomendaciones especiales debido a que son uno de los grupos más vulnerables, al concentrar las mayores morbilidades: diabetes, hipertensión, obesidad, enfermedades del corazón, respiratorias e insuficiencia renal crónica”.
Conforme a las proyecciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), al 1 de julio de 2020 el 11.0% de los habitantes totales de Jalisco eran adultos mayores de 60 años o más, lo que equivale a 923 mil 131 personas.
Ante la crisis de salud, se recomendó el aislamiento social voluntario, seguir las medidas higiénicas, la restricción del contacto físico, lavarse las manos constantemente, desinfectar las superficies de la casa y evitar visitar a personas mayores.
“Estas medidas de aislamiento han tenido un impacto en la vida de las personas, pero ese impacto es más fuerte en las personas mayores ya que se incrementa la posibilidad de sufrir discriminación o abuso”.
Mendoza Ruvalcaba describe que muchos de los adultos mayores ya vivían –previo a la pandemia- situaciones de maltrato por parte de sus cuidadores. “Con el encierro hay mayor riesgo de que se presente violencia o negligencia, y que se invisibilicen aún más estos casos”. Son más vulnerables a que no se respeten sus derechos afectando así su vida social, mental y económica.
Por ejemplo, si hay una situación de pobreza se limita más aún su acceso a la salud y a la ayuda humanitaria, porque algunas de las instituciones públicas dejaron de ofrecer los servicios. También les es más restringida la posibilidad de encontrar trabajo y en consecuencia un ingreso para llevar una vida digna.
Muchos de los adultos mayores –en mayor grado las mujeres- tienen bajo su cuidado a alguien y han tenido que responder a las necesidades de sus familiares, a pesar de poner en riesgo su salud al llevar a su enfermo a un centro de salud.
A mitad de 2020, el 54.5% (502,816) de la población de 60 años y más son mujeres y el 45.5% (420,315) hombres; de tal manera que hay aproximadamente 84 hombres por cada 100 mujeres en esas edades. Para 2030 se espera que el índice de masculinidad sea de 83 hombres por cada 100 mujeres en edades avanzadas.
“Además este grupo etario está menos incluido en la era digital y en el uso de redes sociales, cuando el mundo en línea podría tener un impacto muy positivo, pues les daría la posibilidad de estar en contacto con sus familiares, conversar con los demás o pedir apoyo médico”.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al primer trimestre de 2020, el 88.9% de los adultos mayores en Jalisco saben leer y escribir.
“Necesitamos asegurar que las personas mayores tengan acceso a todos los servicios, que sigan yendo a consulta, que tengan sus medicamentos y que den seguimiento a su salud para evitar aumento de los riesgos. Que sean incluidos en las ayudas humanitarias, apoyos y pensiones para frenar su vulnerabilidad”.
Es necesario fortalecer la inclusión social y la solidaridad para que ellos puedan disfrutar una vida social y emocional plena.
“Las personas mayores tienen mucha resiliencia, han llegado a esas edades porque han superado muchas crisis en la vida”. Juegan muchos roles en nuestra sociedad, son cuidadores, voluntarios, líderes comunitarios, académicos, doctores, enfermeros, o sostienen con sus pensiones a los hijos que perdieron el trabajo.
Si cada uno de nosotros reflexiona sobre sus roles en la pandemia, deberíamos empezar a valorar a las personas de mayor edad y hacer todo lo posible por preservar sus derechos y su dignidad.
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