Este año la situación en la que se desenvuelve la población joven es aún más difícil debido a la pandemia del COVID-19, incluso podría desencadenar una generación de adictos a la tecnología, reflexiona el especialista en el marco del Día Internacional de la Juventud, que se celebra este 12 de agosto.
“Ser joven en tiempos de covid es muy complicado”, dice Mario Gerardo Cervantes Medina, profesor investigador de sociología de la Universidad de Guadalajara.
“El coronavirus es una carga más, al ya complicado panorama que viven los jóvenes, quienes padecen de discriminación y les hace falta espacios culturales, recreativos, deportivos. No cuentan con suficiente capacitación para adquirir buenos empleos. Están expuestos a constantes dificultades financieras por la cambiante economía y están amenazados por los problemas de salud pública como el dengue, influenza y ahora el coronavirus”, explica.
El profesor investigador señala que la falta de empleo, aunado con la epidemia, aumenta la ansiedad. “Por ello, se configura una generación insegura y ansiosa”. Incluso, recibir clases en línea es estresante y más para quien no esté mentalizado para ello. La escuela era un espacio para la socialización y eso les falta a los jóvenes que ahora están aislados con su computadora”, explica.
La Generación Z, que abarca a la población menor a los 20 años, así como sus hermanos mayores, la Generación Y y los Millenians tienen un buen manejo y control del mundo digital. Sin embargo, por el encierro obligado que generó la pandemia del COVID-19 corren el riesgo de convertirse adictos a la tecnología.
“La adicción a la tecnología es un problema que no se está valorado en su justa dimensión, pero estamos frente a un gran riesgo que podría ser otra epidemia”, explica Cervantes Medina, quien tiene un postdoctorado en Estudios sobre juventud por El Colegio de Jalisco.
Advierte que es importante generar políticas públicas para contrarrestar esta problemática de salud que se manifiesta por las horas que pasa una persona conectada y por la necesidad imperiosa de estar en línea, ya que esto desencadena el aislamiento y el silencio entre los miembros de la familia.
“Para quien padece esta enfermedad le es más difícil tener capacidad de crear nuevas rutinas con actividades en la vida cotidiana. La tecnología es muy importante y está resolviendo cuestiones educativas y de comunicación pero si nos descuidamos va a resquebrajar estructuras en la propia familia. Los jóvenes deben involucrarse en las actividades de casa”.
El doctor en Ciencias Sociales recomendó dejar de ver a los jóvenes con la mirada adultocéntrica y reflexionar sobre sus cada vez más reducidas oportunidades y cómo lograr abrir nuevos espacios para ellos.
COVID-19 les cambió sus rutinas.
Hasta el 1 de julio de 2020, los jóvenes de Jalisco representaban el 31.2% de la población. Es decir, 2 millones 623 mil 788 habitantes de entre 12 y 29 años, de los 8 millones 409 mil 693 habitantes en el estado.
De acuerdo con el análisis de las más recientes proyecciones de población del Conapo que realizó el IIEG, entre 2010 y 2020 la población joven se incrementó en un 6.7%, lo que significó que se agregaran 164 mil 625 personas a este grupo.
Este sector lo conforman 739,842 jóvenes de entre 15 a 19 años, que representan el 28.2% y que son el grupo más nutrido. Le siguen los de 20 a 24 con 725,226, que son el 27.6%; los de 25 a 29 años con 712,525, que representan el 27.2%, y la población de 12 a 14 años con 446,195, que son el 17.0% del total de jóvenes del estado.
A Sabina del Río, quien tiene 18 años y forma parte de los jóvenes jaliscienses, la pandemia la ha obligado a cambiar radicalmente sus rutinas diarias.
“Todo ha cambiado muchísimo. Hay semanas que estoy conectada muchas horas al día y otras semanas que no quiero ni ver el teléfono. Antes pensaba que no tenía tiempo para hacer las cosas que me gustaban, pero con el encierro me di cuenta que sí tengo tiempo y me he puesto a leer y empecé a tocar la guitarra”, relata.
Dice que lo más difícil en estos días de encierro ha sido ver a las mismas personas todos los días y no tener la oportunidad de ver a sus amigos.
“Es decir, estar con tus papás a diario y no ver a tus amigos. A mis compañeros sólo los he visto 2 veces en 5 meses, siento que ya no los conozco. Extraño mucho ir al cine o a conciertos.
“Este será mi primer año en la Universidad y va ser en línea. Creo que será muy complicado hacer amigos, imagínate si quieres salir a comer o platicar con alguien, ¿cómo le va a hacer si apenas lo conoces? Además, no sabes si ha estado o no cuidándose del COVID”, platica.
Sabina espera que esta pandemia provoque que la gente reflexione que el sistema mundial, tanto económico como político, no está trabajando para la gente y que haya un cambio que beneficie a todos.
“Por ejemplo, yo preferiría dejar de comprar una suscripción de Spotify con tal que los otros puedan vivir dignamente. Ojalá todos nos pusiéramos a pensar en los demás y que estemos más abiertos a los cambios sociales.
“Lo que más me molesta es la basura que tiramos. Con este encierro me he dado cuenta que consumimos y generamos muchos desechos, yo le diría a las personas que reducir el consumo ayudaría al planeta y a nosotros a salvarnos de otras epidemias como la que estamos viviendo”, concluye.
Conoce más estadísticas de este sector de la población: https://iieg.gob.mx/ns/wp-content/uploads/2020/08/D%C3%ADaIntJuventud2020.pdf