Conoce los retos para las mujeres empresarias de Jalisco, el papel de la perspectiva de género en la generación de información y cómo fue incluido en el Estudio de Expectativas Económicas del Sector Privado Jalisciense en su segunda edición del 2021. Platicamos con Mireya Pasillas Torres, Directora de Información Económica y Financiera del IIEG, que coordina el estudio, y con Beatriz Mora Medina, presidenta del Consejo Coordinador de Jóvenes Empresarios de Jalisco.
Nuestro instituto presentó el 1 de octubre los resultados del Estudio de Expectativas Económicas del Sector Privado Jalisciense, del segundo semestre del 2021, con el que se busca generar información sobre la actividad económica esperada del sector empresarial que contribuya a mejorar la toma de decisiones del sector público y privado. En esta ocasión se incluyó en el levantamiento y análisis la perspectiva de género.
Mireya Pasillas Torres, directora de Información Estadística Económica y Financiera, área encargada del estudio, explica que en un inicio la información se obtenía únicamente con apoyo de Coparmex, y a partir de 2019, otros organismos empresariales se sumaron para ampliar la representatividad y dar su punto de vista sobre la economía.
Este estudio ahora también cuenta con la participación de American Chamber of Commerce Capítulo Guadalajara, la Cámara de Comercio de Guadalajara, el Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ) y el Consejo Coordinador de Jóvenes Empresarios de Jalisco.
Para esta edición, el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias se sumó a los trabajos y su participación fue fundamental para incluir la perspectiva de género.
De esta manera, el estudio ofrece la experiencia de seis cámaras que representan a 8 mil 463 empresas. Proporciona –además- nuevas perspectivas, entre ellas, la visión de los jóvenes y de las mujeres, a fin de que la información sea primordial en la toma de decisiones.
El estudio coloca a nuestro Instituto como el primero en el país en realizar un trabajo de este tipo que incluya la perspectiva de género y tome en cuenta la mirada de los jóvenes.
Pasillas Torres resalta que la información especialmente en el tema de género ayuda a comprender los retos que tienen las mujeres empresarias y las políticas públicas a rediseñar para impulsar su participación.
Entre los hallazgos que resalta el estudio, es que en el 31.7% de las empresas una mujer es la dueña o socia principal, mientras que en el 65.8% de las empresas es hombre.
Al dividir las empresas por el sexo del dueño o socio principal, se observa que, en el caso de los hombres, 41.9% son microempresas, 35.0% son pequeñas, 14.1% son medianas y 8.9% son grandes. En contraste, para las mujeres dueñas o socias principales, 77% son microempresas, 14.9% son pequeñas, 6.2% son medianas y 1.9% son grandes.
La directora, además, destaca que las mujeres en Jalisco están incursionando o apenas despegando en los negocios.
El estudio indica que en las empresas donde el dueño o socio principal es hombre, el 19.7% de las empresas tienen 5 años o menos de operación, 16.0% de 6 a 10 años, 29.6% de 11 a 20 años, 17.1% de 21 a 30 años, 11.7% tienen de 31 a 50 años y 4.5% tienen más de 50 años.
En contraste, en las empresas donde dirige una mujer, el 37.2% de las empresas tienen 5 años o menos de operación, 23.9% de 6 a 10 años, 19.6% de 11 a 20 años, 10.8% de 21 a 30 años, 4.8% tienen de 31 a 50 años y 2.3% tienen más de 50 años operando.
Un reto cultural, social y familiar
Beatriz Mora Medina, quien preside el Consejo Coordinador de Jóvenes Empresarios de Jalisco, señala que el Estudio de Expectativas Económicas del Sector Privado Jalisciense es innovador, necesario y fundamental porque incluye a varios sectores y da a conocer a detalle lo que sucede en el ecosistema empresarial.
“Nos muestra en qué cosas estamos o no mejorando. Para nosotros, desde los organismos empresariales, tomar decisiones y acciones encaminadas a apoyar a los diferentes sectores y grupos sociales con programas que en muchas ocasiones ya existen, pero que a veces las personas lo desconocen”.
Señala que era necesario un estudio con perspectiva de género en el ámbito empresarial, porque no existía acercamiento al tema, aun cuando las mujeres son el empuje de la economía.
Mora Medina, maestra en Administración de la Construcción por la Universidad Panamericana, indica que el factor cultural es lo que más obstaculiza el desarrollo empresarial de las mujeres, desde el emprendimiento, hasta solicitar un financiamiento o llegar a altos mandos en la compañía.
“Podemos ver estos obstáculos desde el sector informal, donde hay más mujeres que hombres y la razón es la parte cultural. A las mujeres les cuesta el doble de trabajo emprender un negocio que a un hombre.
“Ellas tienen que cuidar a los hijos o hacerse cargo de las tareas del hogar o de las personas enfermas y las vimos más en la pandemia. Entonces, no es lo mismo que dediques el 100 por ciento de tu tiempo al negocio, a que destines 10% porque no tienes tiempo. Todavía están muy marcados los roles de género en la vida diaria”, explica.
En caso de que las mujeres estén esperando un hijo, es más difícil emprender debido a la carga familiar. Prefieren quedarse trabajando en una empresa que les ofrezca seguridad económica, a tomar un riesgo de inversión para crear su negocio.
La arquitecta indica que históricamente ha sido mucho más complicado para ellas acceder a un financiamiento. “La mayoría de los financiamientos piden capitales muy fuertes, es decir, que tengas una casa o una propiedad. Si analizamos los ejidos, veremos que 90% de las tierras pertenecen a los hombres y sólo 10% a las mujeres. Entonces, ¿cómo le van a hacer las mujeres para tener acceso a financiamiento o para poder crecer sus negocios?”
Otra de las dificultades, es que algunos hombres ven bien que haya mujeres en varias áreas de la empresa. “Piensan: mientras no lleguen y me quiten el puesto”. Pero, luego aparece el techo de cristal, donde se supone que las mujeres tienen oportunidades, pero siempre y cuando los altos mandos sigan reservados para la parte masculina.
Además, algunas mujeres deben lidiar con el hostigamiento que se da desde sus hogares cuando les cuestionan por qué no les dedican más tiempo a sus hijos o porque son egoístas. Mientras que en algunas empresas se tiene la creencia que ellas no cumplirán sus actividades laborales porque tienen hijos y no tienen tiempo; o les cuestionan antes de ingresar a la empresa si tienen planes de casarse o embarazarse.
“En algunos lados te mandan a hacer estudios de sangre – sin decirte-, pero revisan si estás embarazada o no, y esas son maneras de discriminación”.
La educación desde la infancia es clave para no limitar el desarrollo de las mujeres. Se necesita trabajar en todas las perspectivas para ofrecer herramientas para que en el día a día, puedan defender sus negocios u ocupar espacios en la ciencia, tecnología, matemáticas o ingeniería donde todavía hay mayoritariamente hombres en el cargo.
“Las cuotas de género en su momento fueron importantes porque si no definitivamente no estaríamos ahí, pero el siguiente paso es dar a las mujeres capacitación, apoyos y financiamiento para que naturalmente tomen cada vez más puestos en todas las índoles”, detalla la arquitecta.
La inclusión y la equidad significa un ganar para todos, desde la economía hasta la construcción de una mejor sociedad, porque significa añadir experiencia y cualidades a todos los ámbitos de la vida.