¿Sabías que una persona que aprende un segundo idioma retrasa el inicio de la demencia cinco años? En el Día Mundial del Cerebro, el especialista José Luis Ruiz nos habla de la importancia de llevar una dieta saludable y mantener el aprendizaje para cuidar este órgano
El cerebro es un órgano complejo, compuesto básicamente por entre 80 a 100 mil millones de neuronas. Tiene dos hemisferios: derecho e izquierdo. Pesa cerca de mil 500 gramos, aunque en los hombres, en promedio, es 100 gramos más pesado que en las mujeres debido a la corpulencia.
A este órgano lo sostienen los astrocitos y los oligodendrocitos, que son los principales mecanismos de defensa. Su función es incorporar información, asimilar y emitir respuestas.
De acuerdo con la publicación Algunos datos interesantes del cerebro, de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), controla otras funciones en el cuerpo sin que tengamos que pensar en ello, como la respiración y el ritmo cardiaco.
Utiliza el 20% del oxígeno de nuestro cuerpo y la mayor demanda de energía procede de las neuronas, quienes dependen de la glucosa. Consume 5.6 mg de glucosa por cada 100 gramos de tejido cerebral por minuto y su trabajo continúa aunque estemos dormidos o en reposo. Con la energía que genera este órgano, podría encenderse una bombilla de 20 watts.
Cuando una persona se concentra mucho, su cerebro puede usar hasta el 50% de la energía y oxígeno del cuerpo. Sin embargo, si las neuronas no pueden obtener la glucosa que se necesita, se puede desencadenar un proceso de muerte celular por autofagia; al no contar con el alimento que requieren para funcionar, estas células cerebrales obtienen la energía de sí mismas hasta morir.
Por otro lado, la 3/4 partes del cerebro son agua y 2/3 partes son grasa, por lo que si una persona sufre deshidratación provocará que algunas partes de este órgano se hinchen, y que tareas sencillas y monótonas se vuelvan difíciles de completar. Además, si se lleva una dieta baja en ácidos grasos Omega-3 será más propensa a sufrir un desgaste acelerado en esta parte del cuerpo.
Para el investigador, José Luis Ruiz Sandoval, profesor investigador del Centro de Estudios Ciencias de la Salud del departamento de Neurociencias de la UdeG, lo que aún está por descubrirse es lo más maravilloso de nuestro cerebro. “Por ejemplo, cómo es que memorizamos, cómo logramos adquirir el lenguaje, cómo logramos calcular, razonar, cómo se forma la inteligencia, el juicio, las emociones y la conducta. Otra cosa maravillosa, es que tiene el control de los aspectos motores, pues por el cerebro nos desplazamos en el espacio y coordinamos movimientos”.
Los padecimientos neurológicos más frecuentes en Jalisco, así como en el país, son los dolores de cabeza o la cefalea, detalla Ruiz Sandoval, quien también es médico del Hospital Civil.
“La cefalea tensional, que puede ser episódica, duradera o crónica, afecta al 60 por ciento de la población, es decir, la padecen 81 millones 600 mil personas, de los cuales 4 millones 800 mil son de Jalisco. La cefalea migrañosa impacta a 20 millones 400 mil mexicanos y a un millón 200 mil jaliscienses. La cefalea crónica diaria perjudica a 4 millones de mexicanos y a 240 mil personas del estado de Jalisco”.
Otras enfermedades también relacionadas al cerebro son la epilepsia, que afecta a 2 millones 600 mil personas a nivel nacional y a 144 mil a nivel estatal. La enfermedad vascular cerebral afecta a un millón de mexicanos y a 61 mil jaliscienses. Los trastornos neurocognitivos (demencia y demencia Alzheimer) también incide en un millón de mexicanos y en 61 mil jaliscienses. La enfermedad de Parkinson la padecen 68 mil individuos y 4 personas de Jalisco; mientras que la esclerosis múltiple se estima que afecta a 20 mil personas y a mil 600 de nuestro Estado.
El especialista dice que estos trastornos o enfermedades actualmente se diagnostican con mayor frecuencia debido a que el sector salud está más sensibilizado a entender esta problemática, y porque existen más herramientas para el diagnóstico. Además, hay más factores de riesgo que las propician. “Por ejemplo, a la enfermedad vascular cerebral, la detonan la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el colesterol, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y problemas del corazón.
“El estrés es uno de los principales detonadores del dolor de cabeza. La migraña puede que se produzca por una cuestión genética, el medio ambiente o por las hormonas. Mientras que las excesivas preocupaciones, la falta de afectividad y resiliencia son causas de la cefalea crónica”.
Sobre la esclerosis múltiple, el médico especialista dice que se desconocen los factores de riesgo, sólo se sabe que afecta principalmente a jóvenes y a mujeres. Respecto al Parkinson, se sabe que prevalece en personas mayores de 50 años y por la resonancia magnética se ha descubierto que el cerebro (con esta enfermedad) presenta lesiones o inflamaciones.
“De las enfermedades neurodegenerativas sabemos que mueren las neuronas, pero desconocemos cuál es el detonador”, dice el experto.
Sobre la epilepsia, aunque no se sabe su causa, a veces en el cerebro del paciente se pueden percibir malformaciones, varices, tumores, parásitos o infartos viejos, también se puede deber a una falta de oxígeno en el nacimiento. “En un paciente con demencia, se observa que su cerebro es más delgado, más atrófico, de pesar kilo y medio, puede pesar un kilo”, indica Ruiz.
El neurólogo explica que en muchas ocasiones las personas no hacen caso a los cambios que perciben en su cuerpo y llegan tarde con el especialista o se automedican. Un paciente de Parkinson llega dos años después de haber comenzado con los síntomas. Además, la gente se automedica mucho para los dolores de cabeza y en ocasiones los analgésicos empeoran la evolución de los malestares. “Por el abuso de analgésicos, lo que iba a ser un dolor esporádico y episódico, en unos días se complica y después se convierte en una cefalea crónica diaria”.
Por eso, es recomendable estar alerta y conocer los síntomas. “Quien padece una embolia o derrame, se le paraliza la mitad de su cuerpo, le da dolor de cabeza y le deja sin habla. Es cuando hay que acudir inmediatamente a un hospital para buscar atención y tratar de destapar la arteria que está ocluida en el cerebro”.
Si te interesa saber más de las enfermedades de la población de Jalisco consulta estos reportes del IIEG https://iieg.gob.mx/ns/wp-content/uploads/2020/04/NotaEnfermedades2018.pdf.
Aprender en todas las etapas de vida
El profesor investigador dice que el estrés es uno de los factores que perjudica el funcionamiento del cerebro y recomienda aprender a lidiar mejor con los problemas. Un estrés positivo ayuda a salir de un apuro, pero el negativo, que es cuando se hace constante, tiene un impacto negativo en la salud.
“Tenemos que dimensionar correctamente y manejar de forma adecuada, asertiva y resiliente las complicaciones que nos aquejan como sociedad, tales como la violencia, la inseguridad, la pandemia o la crisis económica para lograr estresarse menos”, señala.
Los estilos de vida saludable son la mejor manera de evitar enfermedades o hacer más llevadera las dolencias que ya se tienen. “Hacer más ejercicio, ser menos sedentarios; apostar por el esparcimiento, evitar el tabaco, abandonar el alcohol, dormir bien, comer a las horas adecuadas y muchas frutas, verduras, así como alimentos ricos en antioxidantes y evitar las grasas”, afirma el experto.
Recomienda que en todas las etapas de la vida hay que optar por dieta sana y no perder la curiosidad por aprender nuevas cosas. “En los primeros años de vida y hasta la juventud, el cerebro tiene más plasticidad, por ello es importante, instruirnos, educarnos, haciendo mucha lectura para construir nuestra reserva cognitiva”.
En la vida adulta, es importante optar por la lectura , aprender a tocar un instrumento musical o un segundo idioma para continuar formando redes y más conexiones neuronales. En la tercera etapa de la vida no perder las inquietudes y seguir con el ejercicio y la dieta.
“Se dice que una persona que tiene un segundo idioma difiere en cinco años el inicio de una demencia, por eso vemos a los japoneses viajando, tomando fotografías, asistiendo a clases de pintura, escuchando música y lo que están haciendo es conservar sus redes neuronales y estimulando nuevas”.