La magia de Viviana consiste en ofrecer datos certeros para que la población tenga la posibilidad de actuar, corregir y tomar decisiones adecuadas en el momento preciso.
Viviana tiene la ingeniosa y minuciosa profesión de entender, analizar y rectificar números. Su afición es crear estadísticas. A través de esquemas numéricos, analiza los temas del presente para anticiparse al futuro. Su magia consiste en ofrecer datos certeros para que la población tenga la posibilidad de tomar mejores decisiones.
Viviana Gama Hernández nació en Juanacatlán, un 29 de marzo de 1986. Es licenciada en matemáticas. Su gusto por el cálculo inició desde niña. “Mi papá es maestro y en algún momento le gustó y se interesó por la historia y matemáticas, tal vez, por ese aspecto me llamaron la atención. Además, tuve un maestro en la secundaria que me inspiró a estudiarlas. Me contagió por su pasión y por su entusiasmo por los datos certeros. Desde muy joven, yo estaba segura que quería ser física-matemática. Sin embargo, las carreras que ofrecía la Universidad de Guadalajara estaban separadas, por eso mi decisión versó por el álgebra».
“Las matemáticas no son sencillas y pueden producir cierta frustración, pero yo tengo la habilidad, por eso me representan un reto y una motivación. Las matemáticas están presentes en todos los aspectos de mi vida. Siempre hago una relación de lo que me sucede con algún modelo matemático”.
Viviana se tituló de la universidad por buen promedio y trabajó como asesora de investigación en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI). Después ingresó a lo que era el Consejo Estatal de Población y ahí junto con otros especialistas hizo libros y artículos para dar a conocer las investigaciones que se desarrollaban. Poco tiempo después, el Consejo Estatal de Población se fusionó con otras dependencias para formar el Instituto de Información Estadística y Geográfica del Estado de Jalisco (IIEG), donde suma 11 años de experiencia en el servicio público.
“En el IIEG, yo estoy en el área sociodemográfica donde nuestra principal dificultad es disponer de información oportuna, pues dependemos de censos y encuestas que se llevan a cabo cada 2, 3, 5 y hasta 10 años; como sucede con los censos”.
“En estos momentos, estoy bastante emocionada por los resultados que traerá el censo de 2020. Sabremos qué pasó y podremos especular sobre la transición demográfica y el envejecimiento de la población. Actualmente, las personas vivimos más, somos relativamente más sanas y hay menos niños; esto traerá nuevos problemas de salud, cambios en las pensiones y en los programas de seguridad social”.
“Lo más valioso de mi profesión y mi actividad en el instituto es que damos a conocer un aspecto de la realidad para que las personas elijan mejor. Las matemáticas en su parte predictiva –justamente- ofrecen la posibilidad de visualizar diferentes escenarios en el tiempo, que le permiten a las personas predecir, actuar, corregir y tomar las decisiones adecuadas en el momento preciso. Por eso, cuando me encuentro con alguien que usó nuestras estadísticas me parece un buen logro”.
Para Viviana, las matemáticas contribuyen al bienestar social y personal. No dan margen de error. Estimulan a que las personas logren sus metas; a que busquen la perfección en todos los aspectos de la existencia; a llevar una vida recta, y a tratar de hacer bien las cosas.
“(Las matemáticas) …a mí me han ayudado como persona. Son como la vida: probabilidades y lógica. Mientras esté viendo números soy feliz. Calcular datos es muy divertido. Mis días nunca son aburridos”.
Viviana, quien admira a las personas honestas, profesionales y responsables, dice que en algún momento pensó en ser veterinaria, pero el sufrimiento de los animales se lo impidió. Indica que tiene predilección por tomar café muy de mañana; y bailar y escuchar música al anochecer. Cuenta que por las tardes trabaja como docente de matemáticas en una secundaria, un espacio laboral que también disfruta mucho.
Se considera una persona feliz, inteligente y con la facilidad de trabajar en equipo. Explica que si tuviera una varita mágica para cambiar el mundo lo primero que haría sería eliminar la pobreza. “Yo acabaría con ella. Ofrecería igualdad de oportunidades a todos los mexicanos con la intención de mejorar su calidad de vida”.