Estudiantes de distintas universidades nacionales e internacionales participaron en el Programa Delfín con el Instituto, una estancia de investigación durante el verano, en el que desarrollaron un proyecto de inteligencia artificial que busca identificar a personas desaparecidas.
Once talentosos jóvenes participaron en el tercer Programa Delfín que se llevó a cabo en las instalaciones de nuestro Instituto para trabajar un proyecto de inteligencia artificial que busca identificar a personas desaparecidas.
Este programa es un espacio de colaboración y vinculación entre instituciones de educación superior y centros de investigación, como el IIEG, para fortalecer la vida académica, la investigación, el intercambio de la producción científica-tecnológica y la movilidad de estudiantes.
Edgar Cossío, Doctor en Sistemas Computacionales con orientación en Inteligencia Artificial, y analista de este organismo, explicó que para esta estancia académica se recibieron a alumnos de Ciudad de México, Michoacán, Sinaloa, Sonora, y a un estudiante internacional proveniente de Colombia para trabajar durante siete semanas, de lunes a viernes, el proyecto RENIA.
RENIA o Red Neuronal de Investigación y Análisis para Búsqueda e Identificación de Personas fue desarrollada bajo la dirección de Cossío y gracias al talento de los once jóvenes programadores. La Red Neuronal, tiene como objetivo incidir y disminuir los tiempos en la identificación de personas desaparecidas.
Blanca Félix, una de las estudiantes, destacó que, conocer la importancia y el rol que las tecnologías pueden tener para dar esperanza enla localización de personas desaparecidas, fue uno de los momentos más relevantes, pues ella y sus compañeros lograron dimensionar el alcance humano del proyecto.
Además, los jóvenes mantuvieron conversaciones con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses para tomar mayor conciencia de su labor, y con ello, decidir qué tipo de tecnología utilizarían para la localización de personas.
Por su parte, Edgar Cossío detalló que utilizaron la supercomputadora del Instituto (fruto de una edición previa del Programa Delfín) y herramientas de libre uso, así como lenguajes de programación como Python, Django, SQL, Java Script para entrenar y probar una Red Neuronal Artificial que compara coincidencias entre la imagen de la persona que se está buscado, con un modelo pre-entrenado de bases de personas.
De esta manera, la red coteja coincidencias de ojos, distancia de la nariz, de boca, elevaciones del rostro, lunares, lentes, barba, tatuajes. Además, la búsqueda se delimita con la fecha de registro de la persona a localizar; con el nombre, y la descripción de las señas particulares.
Conrado Romo, director de la Unidad de Información de Gobierno, Seguridad Pública e impartición de Justiciade nuestro organismo, comentó que RENIA es una ampliación del primer proyecto desarrollado en 2020 también por jóvenes del Programa Delfín, en el cual se planteó en ese entonces el reconocimiento facial.
“Para hacer RENIA y lograr que este proyecto en un futuro sea apoyo para las dependencias gubernamentales u organizaciones que buscan a personas desaparecidas se tomó el primer desarrollo tecnológico creado en 2020”.
Previo a RENIA, Romo explicó que hubo una revisión exhaustiva de los procesos, alcances y marcos jurídicos alrededor de la localización de personas, y se contempla que este nuevo proyecto más adelante incluya nuevas fuentes de información, y se presente en código abierto.
En la presentación que se llevó a cabo en las instalaciones de nuestro Instituto el 5 de agosto, estuvieron expertos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses; de la Policía Municipal de Guadalajara; de la Comisión de Búsqueda; de la Coordinación General de Innovación Gubernamental; de la Fiscalía Especial de Personas Desaparecidas; y de la Secretaría de Participación Ciudadana.
Aprendizaje humanista y de largo alcance
Blanca Félix, estudiante de Ingeniería y Sistemas Computacionales en Ciudad Obregón, Sonora, indicó que las grandes ventajas del programa Delfín es que le permitió acercarse a la ciencia y trabajar de la mano de expertos y otros compañeros que aportaron a su desarrollo personal y académico.
Expresó que le dio mucha seguridad en sí misma participar en el proyecto. “Al principio no quería aplicar, escuché la palabra investigación y era muy intimidante, pero estando aquí, me di cuenta de que tengo capacidad y animaría a más personas a que lo intenten. Lo que más me gustó fue la convivencia con mis compañeros y con el doctor, y el apoyo mutuo”.
Paulina Martínez García, estudiante de TICS del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Zamora, Michoacán, dijo que en la escuela les enseñan a programar con Python cosas sencillas, pequeñas tareas. “Aquí nos enseñaron a programar un proyecto aplicable que se necesitará en la vida diaria y ayudará a la sociedad”.
Para ella, “el doctor Edgar Cossío es una persona ejemplar, estuvo con nosotros acompañándonos en el proceso académico y personal y provocó que nuestra estancia en Guadalajara fuera muy agradable”.
Juan José Pineda Bermúdez, estudiante de Administración de Sistemas en Fundación Universitaria Comfamiliar Risaralda, Pereira Risaralda, Colombia, indicó que su plantel universitario por primera vez hizo un programa de internacionalización a través del Programa Delfín.
“Esto abre mucho las expectativas para mi universidad y para mí, pues podré aplicarlo terminado la carrera. Al principio venía con predisposición al tema de investigación porque no me había enfrentado a esa área, pero el panorama me cambió totalmente y me enamoré de este programa de investigación y lo pienso aplicar en mi vida laboral”.
Pineda no había visitado México y quería vivir la experiencia y salir de su zona de confort. “Me di cuenta de que hay un gran nivel académico y he aprendido mucho de los compañeros, todos tienen mucho conocimiento, prácticamente encontré una familia”.
Fernando Flores, quien estudia Ingeniería y Sistemas Computacionales en el Instituto tecnológico Superior de Cajeme en Ciudad Obregón, Sonora, dijo que con el proyecto Delfín se siente capaz de trabajar en proyectos de gran magnitud.
“Antes no sentía confianza en mí para hacer este tipo de cosas. Yo me di a la tarea de reunir los trabajos de todos los programadores, y comprendí que cada uno es importante para concretar un proyecto, cada uno es una parte fundamental. Además, las instalaciones del Instituto me sorprendieron por su modernidad y su manera ecológica de trabajar. Estoy muy agradecido de haber venido”.
Ana Cristina Ayala Zárate, también estudiante de TICS en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Zamora, Michoacán, expuso que esta es la segunda ocasión que participa en el Programa Delfín. “Tenía ganas de salir de mi estado, y conocer nuevas personas. Quedé muy satisfecha, pues aprendí a trabajar en equipo, a redactar, a investigar y conocí a personas que les tomé mucho cariño. Estoy muy feliz porque se logró un proyecto demasiado grande. Lo más importante para mí, fue la unión y solidaridad en el trabajo, y el apoyo del doctor Cossío”.
Fabio Morales Esquer, quien estudia Ingeniería y Sistemas Computacionales en el Instituto Tecnológico Superior de Cajeme, explicó que en un principio tenía miedo de participar en el Programa Delfín, “pensaba que no tenía las capacidades para sacar adelante el proyecto, pero luego me tuve confianza cuando vi que era capaz de manejar las herramientas.
“A quienes aspiren a un programa Delfín tengan por seguro que encontrarán a personas que los van a ayudar como el doctor Edgar Cosío, además es muy interesante la experiencia de vivir por tu cuenta, en una ciudad que no conoces”.
Guadalupe Alonso Contreras, quien estudia Ingeniería Mecatrónica en el Instituto Politécnico Nacional de la Ciudad de México, indicó que el conocimiento técnico que adquirió será de gran ayuda para su carrera, y para sus proyectos personales. “Me gustó mucho conocer gente, tratar con personas que saben mucho, el aprendizaje”.
En este programa también participaron Fausto Alejandro Bernal Beltrán de la Universidad Autónoma de Occidente, Culiacán Sinaloa; Benjamín Iván Hernández Castro del Instituto Tecnológico de La Piedad, Michoacán; Karla Araceli Ríos Fuentes y Montserrat López Argüello ambas del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Zamora, Michoacán; así como Ramón Alejandro Briseño Martínez, estudiante de doctorado del Centro de Investigación en Ciudades Inteligentes de CUCEA, U de G, quien apoyó a Edgar Cossío en la dirección de la investigación.
Las generaciones del Delfín
Como parte de los trabajos del programa Delfín, platicamos con los estudiantes que participaron en las estancias de las ediciones 2019, 2020 y 2022, quienes nos compartieron los aprendizajes que obtuvieron del programa.
Gracias a su talento, se pudieron desarrollar en 2019 una super computadora; en 2020 se realizó un sistema de reconocimiento facial, y en 2021 la Red Neuronal de Investigación y Análisis para Búsqueda e Identificación de Personas (RENIA).
Excelente!