Raquel Robles tiene 22 años de trabajar en el servicio público. Se ha especializado en el área de contaduría y administración. Es experta en los procesos del área de adquisiciones del IIEG. Posee el don de aliviar el sufrimiento y padecimiento emocional de las personas.
Raquel Robles Bonilla, es una mujer seria y meticulosa. Pasó su niñez y adolescencia entre dos ciudades: Guadalajara, donde nació su madre y en la Ciudad de México donde nació su padre.
Raquel llegó al mundo un 15 de junio bajo el signo de Géminis y con el don de la empatía. Aunque no lo dice, ella tiene la sensibilidad de ver más allá a las personas y posee la capacidad de lograr que la gente de lo mejor de sí misma.
Esta mujer sumamente independiente dio sus primeros pasos en la Ciudad de México. Pero cuando tenía 17 años decidió que su ciudad natal no le gustaba lo suficiente, entonces se instaló en Guadalajara. Estudió contaduría privada y trabajó en las áreas de facturación, contabilidad y cobranza de dos talleres mecánicos. Al poco tiempo su mamá se mudó con ella.
En 1998, Raquel ingresó a laborar en el Instituto de Información Territorial (IITJ) en el área de contabilidad. “La contabilidad tiene muchos atractivos, pues te pone retos, si no te cuadran los centavos en cifras, tienes que buscarle hasta que cuadren”.
En 2014, el IITJ se fusionó con el Sistema Estatal de Información (SEIJAL) y con el Consejo Estatal de Población (COEPO) para formar el Instituto de Información Estadística y Geográfica del Estado de Jalisco (IIEG). Fue entonces que Raquel trabajó en la parte administrativa, particularmente en el área de adquisiciones.
“El área te da la oportunidad de tener más relación con otras áreas y con otras personas. Es emocionante porque te haces muy meticulosa. Tienes que ver que todo coincida con las especificaciones. Tienes que estar atenta a los procesos y a los pasos a seguir. Es un área de mucha acción”.
Explica que en el IIEG las licitaciones siguen procesos muy rigurosos para cumplir con los estándares de transparencia y calidad. “Es un área muy importante para cumplir los objetivos de nuestro instituto, es donde se cuidan los mínimos detalles para cumplir con la transparencia y las auditorías”.
El trabajo de Raquel implica realizar solicitudes previas a la licitación. Reunirse con el Comité de Adquisiciones para establecer las bases del concurso. Contar con evaluaciones técnicas y la investigación de mercado sobre los productos o servicios a adquirir. Revisar las garantías que ofrecen los proveedores. Girar invitaciones a suministradores. Hacer públicos los concursos a través de la página de internet. Establecer juntas aclaratorias para que los proveedores resuelvan sus dudas. Estar presente cuando se realizan los fallos y revisar que los documentos estén completos. Supervisar la entrega del bien o servicio. Tramitar los pagos. Dejar todos y cada uno de los procesos redactados en actas públicas.
Para Raquel, el IIEG es sumamente importante para la vida de los jaliscienses, porque publica a detalle información muy precisa que mantiene al tanto a la población y da certeza de lo que está sucediendo.
“Me siento orgullosa de trabajar aquí y más porque una persona buena y muy humana dirige la institución, que por cierto tenemos instalaciones que la hacen aún más agradable para el trabajo”.
Si pudiéramos ver a Raquel en una imagen panorámica, más allá de la oficina, notaremos que disfruta mucho comer mariscos y pozole; que su música favorita es la romántica; que habla poco, pero cuando lo hace es con fuerza y agudeza espontánea. Que le gusta la introspección y la humanidad.
“Si yo tuviera una varita mágica lo que haría sería inyectarle amor y valor a la gente”. Expresa que como sociedad padecemos enfermedades emocionales que no sabemos controlar y es por ello que sufrimos.
Desde hace cinco años, Raquel acude al Grupo de Cuarto y Quinto Paso de Amor y Servicio donde comparte sus vivencias con los adictos. “Yo no tengo problemas de alcoholismo o drogadicción, pero sí padecí enfermedades emocionales y cuando hablas de eso, dejas un mensaje en los demás. Eso me llena, me hace sentir útil para otras personas”.
“Es necesario saber controlar las emociones porque pueden derivar en neurosis, frustración, ansiedad, alcoholismo o drogadicción. Yo le diría a la gente que cuando vea focos rojos que haga algo por ella misma. Debe actuar antes que se complique más. He sido testigo de cómo las personas a través de encuentros cambian su vida y todo recae en la decisión de ser mejor persona”.