Eduardo González, profesor del CUCBA de la Universidad de Guadalajara, explica la importancia de consumir leche y las causas de la intolerancia a la lactosa, a propósito del Día Mundial de la Leche que se conmemora cada 1 de junio.
El 1 de junio se conmemoró el Día Mundial de la Leche por ser un alimento básico, completo y equilibrado que proporciona un elevado contenido de nutrientes, calcio, carbohidratos, lípidos, vitaminas, fósforos, aminoácidos, y proteína de alto valor biológico.
De acuerdo con nuestra plataforma del Sector Primario, Jalisco es un importante productor de leche en México. Nuestra entidad aporta el 21% de la producción nacional. El año pasado produjo 2 millones 753 mil litros, con un valor de 21 mil millones de pesos. Los municipios que tienen la mayor producción son Tepatitlán, San Juan de los Lagos, San Miguel el Alto y Lagos de Moreno.
Eduardo González Covarrubias, profesor del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara, dice, para Strategos, que: “no hay un alimento completo en este planeta, pero el que más se le asemeja es la leche”.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de su organismo de Agricultura y la Alimentación (FAO), afirma que la leche proporciona nutrientes esenciales como el calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y ácido pantoténico, por lo que se considera una fuente importante de energía alimentaria que puede prevenir enfermedades cardiovasculares, oncológicas, metabólicas, odontológicas y óseas.
La FAO también indica que la especie del animal lechero, su raza, edad y dieta, junto con el estado de lactancia, el número de pariciones, el sistema agrícola, el entorno físico y la estación del año, influyen en el color, sabor y composición de la leche y permiten la producción de una variedad de productos lácteos. La leche puede ser extraída de la vaca, de la búfala, de la camella, de la oveja, de la cabra, del yak y del equino.
González Covarrubias, con más de 40 años de experiencia en los sistemas de producción lechera, indica que la leche más comercial es la que se extrae de vaca raza Holstein y puede encontrarse como entera, semidescremada y light. Mientras que los subproductos que se obtienen son el queso, el yogurt, mantequilla, crema, requesón, dulces o helados.
Explica que al paso del tiempo ha habido cambios en los nutrientes de la leche principalmente en las grasas y la proteína. “Hace unas décadas, la proteína de la leche no llegaba a los 30 gramos por litro, hoy en día, la proteína está entre 32 o 33 gramos por litro. Además, se ha mejorado los niveles de grasa de forma saludable.
“La modificación se debió al mejoramiento genético. Los investigadores dedicados a la ciencia animal han logrado mejor información genética en los alimentos de las vacas para lograr mayor producción de proteína”.
El establo es una empresa donde los nutricionistas trabajan para que las vacas tengan alimentos equilibrados pues la industria solicita estabilidad de los sólidos, grasa, proteína, lactosa, vitaminas y minerales que componen el alimento de la vaca.
La intolerancia a la lactosa
La lactosa es el carbohidrato o la parte dulce de la leche; es el contenido sólido con mayor presencia en la leche, ya que en cada litro hay entre 47, 48 o 49 gramos, comenta González Covarrubias.
“La lactosa por lo general, aunque no es ley, resulta principalmente indigestible para los adultos mayores por causas fisiológicas y, por ello, se inflama su intestino, les causa dolor, hinchazón, producción de gases, poca hambre y en ocasiones diarrea”, indica el profesor.
Las personas que tienen intolerancia a la lactosa no pueden digerir el azúcar (lactosa) que contiene la leche y por lo general, el malestar se debe a la escasez de una enzima que se produce en el intestino delgado (la lactasa). “Lo que sucede en el intestino delgado de los seres humanos se produce la enzima de la lactasa que sirve para separar bioquímicamente a la lactosa y lograr así que podamos digerir”.
Esta enfermedad también se presenta en niños y jóvenes; una de las múltiples causas por las cuáles sufren de este padecimiento se debe a que desde pequeños no se acostumbraron a beber leche entera y sus organismos olvidaron producir la enzima de la lactasa. Sin embargo, no es la única causa, ya que hay niños que ya tienen ese problema desde su nacimiento.
Según la Clínica Mayo, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, una persona puede tener niveles bajos de lactasa y aun así ser capaz de digerir productos lácteos. Sin embargo, si los niveles son muy bajos, se produce la intolerancia a la lactosa y los síntomas comenzarán a aparecer después de ingerir productos lácteos. La mayoría de las personas que tienen intolerancia a la lactosa pueden vivir con esta afección sin tener que renunciar a todos los productos lácteos.
González Covarrubias concluye que es un mito que los adultos no requieran leche, la realidad es que este alimento es beneficioso para la salud y por el calcio que contiene previene la osteoporosis.