Amilcar Levi Cupul Magaña, investigador de la UdeG, nos habla sobre lo importante que son los océanos en nuestro mundo y lo vital que es cuidarlos, en el marco del Día Mundial de los Océanos, que se celebra el 8 de junio.
El océano, con todos sus ecosistemas es muy importante, ya que genera el 70% del oxígeno de la tierra, explica Amilcar Levi Cupul Magaña, profesor investigador del Centro de investigaciones Costeras de la Universidad de Guadalajara. El fitoplancton que flota en el agua marina produce oxígeno como un subproducto de la fotosíntesis.
El océano, además, regula los climas de las costas y de las ciudades para evitar el frío o el calor extremo. Nos ofrece alimentos para los productos de pesca y los arrecifes, así como los manglares funcionan como una barrera de protección para evitar un efecto devastador por el paso de huracanes y tormentas.
El mar también nos brinda servicios culturales muy importantes como son la contemplación de sus atardeceres que nos ayudan a relajarnos. Son vías de comunicación esenciales. “Sin el océano, la vida prácticamente estaría en crisis, desgraciadamente no lo valoramos porque es algo cotidiano y común”, dice Cupul Magaña.
De acuerdo con nuestro micro sitio Zona Costera la zona costera del estado se ubica entre los dominios marítimo y terrestre en un área poco definida. No es puramente agua ni tierra, es un área de fuertes interacciones y procesos ecológicos, económicos y sociales.
Jalisco posee 416.92 kilómetros de costa que abarca los municipios de Puerto Vallarta, Cabo Corrientes, Tomatlán, La Huerta y Cihuatlán, que cuentan con frente de playa.
Además, cuenta con 2,597.61 hectáreas de mangle o árboles muy tolerantes a las sales que son fuente de nutrientes para los arrecifes y capturan gases de efecto invernadero.
También tiene dunas costeras, que son montículos de arena o granos de origen calcáreo (biológico) que van desde pequeños cordones hasta dunas con formas de medialuna. Las dunas impiden que la salinidad y arena se internen tierra adentro, y son excelentes zonas de filtración de agua de lluvia. Se encuentran en Puerto Vallarta, Tomatlán y Cabo Corrientes.
En el país hay 11,592.76 kilómetros de línea de costa, donde 150 municipios tienen frente de playa. Hay también 48 puertos, de los cuales 27 están en el litoral del Pacífico y el Mar de Cortés, mientras que los 21 restantes pertenecen al Golfo de México y mar Caribe.
El doctor en Ciencias Biológicas detalla que en la costa de Jalisco se reúnen varios ecosistemas: playas, acantilados y selvas que en su conjunto forman una belleza escénica increíble, especial para la recreación y que son además importantes sitios de anidación de aves y de tortugas marinas.
El especialista detalla que en estas zonas costeras hay manglares y dunas que lamentablemente han ido desapareciendo por el mal uso que hacen los seres humanos. Indica que cuando uno se adentra al mar encuentra comunidades coralinas localizadas principalmente, en Bahía de Banderas y desde Barra de Navidad hasta la zona de Careyes.
En Bahía de Banderas hay un cañón submarino que tiene una profundidad de más de mil 400 metros, en donde surge un proceso oceanográfico llamado “surgencias”, es decir, que las aguas de fondo van hacia las aguas superficiales cargadas de nutrientes (comida para peces). Este acontecimiento se puede apreciar de febrero a junio, que es cuando mayor número de seres marinos se pueden ver en la zona.
Contaminación marina
Cupul Magaña, quien también es investigador en el Laboratorio de Ecología Marina del Centro de Investigaciones Costeras, dice que los océanos son un gran almacén de dióxido de carbono (CO2), es decir, asumen todas las emisiones de carbono que generamos los humanos por el uso de combustibles fósiles: petróleo, carbón o quema de madera por nombrar algunas.
La combustión de combustibles fósiles genera emisiones de gases tales como dióxido de carbono, monóxido de carbono y otros gases que contribuyen a generar y potenciar el efecto invernadero, la lluvia ácida, la contaminación del aire, suelo y agua.
“El grave problema es que el exceso de CO2 provoca la acidificación del océano que trae como consecuencia que corales, crustáceos y moluscos no logren generar sus esqueletos a falta de carbonato de calcio y se vuelven más frágiles y susceptibles a fragmentarse, y por ende a morir.
“Concatenado con el CO2, cada día hay un incremento en la temperatura de las aguas oceánicas o lo que conocemos como calentamiento global, que está produciendo la enfermedad llamada blanqueamiento de coral, es decir, que la microalga que vive dentro del tejido del coral y la cual es indispensable para sus procesos metabólicos se altera (por el calor) e irrita al coral hasta que este lo expulsa.
“Sin embargo, el coral a falta de la microalga empieza a morir de hambre en un promedio de tres semanas. Esto sucedió en la barrera de coral
que atraviesa las costas de Australia, y está pasando en las Islas Marietas e Isabel, aquí en Jalisco”, detalla el experto.
Otra situación que afecta al océano es la contaminación por aguas residuales y por plástico. Los peces y las aves confunden el plástico con alimento y lo acumulan en sus estómagos hasta que mueren. Incluso los seres humanos al consumir productos del mar estamos alimentándonos con gramos de este material.
Cupul Magaña indica que lamentablemente las investigaciones respecto a lo que sucede en el océano son pocas, locales y separadas a consecuencia de los altos costos que implica conocer a fondo el ecosistema marino (inversión en lanchas, equipo de buceo y laboratorios).
La obligación de los investigadores es difundir información para que, en un momento dado, la población tome conciencia de que está llevando una vida de consumo desmedido.
“Lo más importante es empezar por uno mismo, mejorar nuestras acciones para involucrarnos en la conservación ambiental, controlar nuestro consumo y educarnos. El Gobierno, por su parte, debe mejorar la formulación de las políticas públicas y lograr que realmente se apliquen las leyes, normas y reglamentos ambientales”, concluye.