El 30 de julio se estableció el Día Mundial contra la Trata de Personas con el objetivo de concientizar a la población sobre la situación de las víctimas de este delito.
En 2016, el número de víctimas por trata de personas reportadas a nivel global alcanzó su nivel más alto cuando se detectaron más de 24 mil carpetas de investigación. El aumento en el número de casos detectados ha sido más pronunciado en América y partes de Asia, según la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
De acuerdo al análisis del IIEG con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, durante el primer semestre de 2020 en México se registraron 307 víctimas de este delito, de las cuales 213 fueron mujeres (69.4% del total) y 35 hombres (11.4%), mientras que de 59 víctimas no se especificó el sexo (19.2%).
El análisis señala que en 2015 se reportó el mayor número de mujeres víctimas de trata de personas con 689 registros y en 2018 el menor número con 361 mujeres. Respecto a los hombres, en 2015 se registraron 385 víctimas, año con el mayor registro, el menor número fue en 2016 con 53 hombres.
Lamentablemente, las medidas tomadas para disminuir la propagación del COVID-19 han expuesto a las víctimas de trata de personas a mayor explotación y han limitado su acceso a servicios esenciales.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito alertó que, debido al confinamiento, las restricciones para viajar, las limitaciones laborales y los recortes en presupuestos, están teniendo un impacto negativo, y a menudo peligroso, en las vidas de aquellas personas que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad.
En algunos países, los recursos para hacer cumplir la ley están siendo desviados de la lucha contra la delincuencia hacia áreas relacionadas con la contención de la pandemia; los servicios para asistir a las víctimas de trata están siendo reducidos al mínimo o han sido cancelados.
Algunas víctimas que han sido rescatadas no pueden volver a sus hogares porque las fronteras están cerradas debido a la pandemia. Otras se enfrentan a demoras en los procedimientos legales y a una reducción del apoyo y la protección de los cuales dependen, mientras que algunas están en riesgo de mayor abuso o de ser abandonadas por sus propios captores.
En México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) explica que la trata de personas se presenta cuando una persona promueve, solicita, ofrece, facilita, consigue, traslada, entrega o recibe, para sí o para un tercero, a una persona por medio de la violencia física o moral, el engaño o el abuso de poder, para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre o a la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes.
La trata de personas es un fenómeno muy antiguo que atenta contra los derechos humanos. Desde hace cientos de años, mujeres y niñas han sido separadas de sus lugares de origen y comerciadas como mano de obra, servidumbre y/o como objetos sexuales.
La trata de personas como problema social comenzó a reconocerse a finales del siglo XIX e inicios del XX como lo que se denominó “trata de blancas”, concepto que se utilizaba para hacer referencia a la movilidad y comercio de mujeres blancas, europeas y americanas, con objeto de explotarlas sexualmente.
Este fenómeno alcanzó un nivel tan alto que impulsó la creación de diversos tratados sobre este tema en el seno de las Naciones Unidas; por ejemplo, el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución (1949).
Después de la Segunda Guerra Mundial y por el aumento de la migración femenina, se hizo evidente que el fenómeno de la trata, lejos de haber desaparecido, se había extendido por todo el mundo y adquirido diversas modalidades. Así, el término “trata de blancas” quedó en desuso por no corresponder ya a las realidades de desplazamiento y comercio de personas y tampoco a la naturaleza y dimensiones de los abusos inherentes a dicho fenómeno.
Es importante resaltar que la trata no sólo se refiere a la explotación sexual, sino que también se presenta en casos de explotación laboral o de la extirpación de un órgano, tejido o sus componentes de una persona víctima de trata.
Mantente alerta.
La CNDH sugiere que, como primer paso para no ser víctima de la trata de personas, es estar alertas y conscientes de los métodos usados por los perpetradores de este delito. Los tratantes (las personas que cometen el delito de trata) tienen varias estrategias, entre ellas:
– Realizar ofertas de trabajo que no son ciertas o sólo lo son en parte.
– Hacer promesas de un empleo bien remunerado y/o un mejor nivel de vida.
– Decir que van a hacer realidad los sueños de las víctimas, como convertirlas en modelos o actrices.
– Hacer creer a las víctimas que las van a ayudar a cruzar la frontera de algún país.
– Enamorar o proponerle matrimonio a la víctima. Secuestrar a la víctima.
– Comprar a la víctima de alguna otra persona, incluso de algún miembro de su familia.
Para denunciar este delito es necesario contactar la Línea Nacional contra la Trata de Personas: 800 5533-000 un servicio gratuito disponible las 24 horas de los 7 días de la semana.