En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora el 31 de mayo, te presentamos las estadísticas de su consumo y analizamos la problemática desde la mirada de la especialista del UdeG, Nicolás Páez Venegas.
De acuerdo con el análisis Consumo de tabaco en Jalisco, que el IIEG elaboró con los datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, (ENCODAT) 2016-2017; en el estado había 996 mil personas fumadoras; de ellas, 352 mil eran mujeres y 645 mil hombres. Asimismo, 493 mil fumaban diariamente y 503 mil lo hacían de forma ocasional.
La edad promedio de inicio de consumo de tabaco diario es de 20.1 años en las mujeres y de 17.9 años en los hombres, y en promedio fuman 7.6 cigarros diarios.
Nicolás Páez Venegas, médico psiquiatra y docente de la Universidad de Guadalajara, señala que el tabaquismo es la adicción al consumo del tabaco, y que una adicción se define como la necesidad imperiosa o compulsiva de consumir una droga para experimentar una recompensa por el efecto que produce.
“Muchas personas consumen tabaco porque disminuye los síntomas de ansiedad; porque mejora la capacidad de poner atención o de mantener la concentración por ciertos periodos de tiempo, porque mejora el movimiento del intestino grueso. En otras ocasiones, el tabaco genera esa sensación de placer o de euforia momentánea”, explica Páez Venegas.
De esta manera, quienes son más vulnerables a este consumo son personas con problemas gastrointestinales, con trastornos de ansiedad, depresión o con déficit de atención e hiperactividad.
Páez Venegas, quien trabaja como psiquiatra adscrito al Centro Psiquiátrico Penitenciario de la Dirección de Prevención y Reinserción Social del Estado de Jalisco en Puente Grande, señala que los hombres son más propensos al consumo que las mujeres, por una cuestión cultural, así como los adolescentes y adultos jóvenes que empiezan a fumar por la necesidad de ingresar o pertenecer a un grupo social.
Tratamientos contra el tabaquismo
Siete de cada diez personas intentan dejar de fumar, sin embargo, solamente 4 lo intenta realmente, y sólo el 5% experimentan éxito a largo plazo; el tiempo para dejar el consumo del tabaco es de entre 3 y 12 meses, detalla Nicolás Páez Venegas, especialista en Psiquiatría por la Universidad de Guadalajara.
De acuerdo con el análisis de la dirección de información estadística demográfica y social del IIEG, en Jalisco, el 70.7% de la población de 12 a 65 años que fumaba tuvo interés en dejar el cigarro, el 60.7% intentó dejarlo y el 14.6% abandonó su consumo. En cada caso, la tasa registrada en las mujeres siempre fue mayor a la de los hombres, esta diferencia se distribuye de la siguiente forma: 5 puntos porcentuales de separación entre los que tuvieron interés por dejar de fumar, 14 puntos para los que lo intentaron y 4 para aquellos que lo abandonaron.
Páez Venegas explica que para dejar de fumar existen cuatro tratamientos, tres de ellos farmacológicos. Uno es el de sustitución de nicotina, que es cuando se le proporciona al paciente nicotina por una vía alterna que no es el cigarro como son los chicles, los atomizadores nasales o los inhaladores.
“La idea es proporcionar al paciente una cantidad suficiente de nicotina (dosificada a lo largo del tiempo) para evitar el síndrome de abstinencia. Es decir, evitar que la persona sufra de varios síntomas desagradables por la suspensión abrupta de la nicotina, y evitar que recaigan y vuelvan a fumar”.
Explica que el segundo es el bupropión, también conocido como anfebutamona, un medicamento antidepresivo de prescripción controlada, que ayuda a aumentar los niveles de dopamina, una sustancia química que tenemos en el cerebro que se relaciona con la sensación de placer.
“El consumo de nicotina genera dopamina o euforia momentánea placentera, por ello, este medicamento ayuda a que el paciente ya no necesite la nicotina y que pueda liberar su propia dopamina. Es un medicamento que ha mostrado una buena evidencia de ayuda a las personas a dejar de fumar”.
El tercero es la vareniclina, que es un medicamento agonista parcial de los receptores nicotínicos. Hace las veces de la nicotina en el cerebro, reduce los síntomas de ansiedad, evita el síndrome de abstinencia, ayuda a la concentración y genera una sensación estimulante.
“Es el medicamento que ha demostrado un mayor efecto en la reducción del consumo de tabaco. La única desventaja es que es un medicamento caro y no está disponible en genérico”.
El último, es la terapia psicológica y la terapia cognitivo conductual, que es la que ha demostrado mayor evidencia científica para el tratamiento del cese del consumo de tabaco.
“No se recomienda que el paciente sólo vaya a terapia cognitivo conductual, se requiere una herramienta farmacológica para tener mayor éxito, sólo en el caso de las mujeres embarazadas la única opción es la psicoterapia”.
Carrusel de enfermedades
El tabaquismo es considerado el factor de riesgo más importante de 4 de las 5 principales causas de muerte. Por ejemplo, de cardiopatías, enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, eventualidades cerebrovasculares o infartos cerebrales; también empeora las complicaciones de la diabetes.
Además, el hábito tabáquico aumenta el riesgo de padecer COVID-19 grave y la morbimortalidad es mayor.
También es importante destacar que si una persona fuma en la misma habitación donde se ubica otra persona que no consume tabaco, es como si la persona no fumadora estuviese consumiendo la misma cantidad. “Los efectos nocivos a nivel pulmonar son prácticamente los mismos”.
Entre los lugares con mayor prevalencia de exposición al humo de tabaco de segunda mano (HTSM) en los no fumadores en Jalisco, se encuentran los bares con el 57.1%, seguido de los restaurantes con el 34.7%. Por su parte, el 26.0% señaló que, en la escuela, 25.4% en el transporte, 23.8% en el trabajo y 19.5% en el hogar.
Jalisco ocupa el lugar 11 en la prevalencia de tabaquismo en la población de 12 a 65 años, respecto a las entidades federativas del país. Asimismo, es la segunda entidad con la prevalencia más alta de exposición al HTSM en el hogar y la más alta en el trabajo, donde los promedios nacionales son de 14.1% y 15.2%, respectivamente.
Nicolás Páez Venegas indica que el hecho de no tener miembros de la familia directos que consuman tabaco, ayuda a disminuir la incidencia.
“También ayuda a que se prohíba el consumo de tabaco en lugares públicos o se impongan multas por su consumo. Destaca que la educación e información que reciban las personas en temas de salud es fundamental para dar conocer las complicaciones que puede tener el tabaquismo y las maneras de tratarlo.
En Jalisco cualquier persona interesada en algún tratamiento contra el tabaquismo puede acudir a los Centros de Integración Juvenil, así como a las instituciones de salud como IMSS, ISSSTE o la Secretaría de Salud para pedir apoyo.