La leche materna es insustituible por sus beneficios únicos para la salud del bebé y la madre, ofreciendo protección contra enfermedades y un vínculo afectivo especial. Es crucial apoyar la lactancia materna tanto en el entorno hospitalario como laboral.
La leche humana es el primer alimento de todos los seres humanos y un pilar fundamental para la supervivencia de la humanidad, afirma Clío Chávez Palencia, académica, nutrióloga y doctora en Ciencias de la Salud Pública.
La investigación científica respalda que es preferible utilizar leche materna en lugar de una fórmula comercial infantil. Estas fórmulas, elaboradas a partir de leche de vaca, son modificadas para asemejarse a la composición de la leche materna, pero no logran igualarla.
Chávez, quien también es maestra en Nutrición Humana con orientación materno-infantil, subraya que la leche materna contiene componentes únicos como anticuerpos, hormonas, factores de crecimiento, inmunoglobulinas y sustancias anti-alergénicas y antiparasitarias que las fórmulas no pueden replicar.
Sus beneficios para la salud son innumerables. Los bebés alimentados con leche materna presentan un crecimiento más lento pero un desarrollo más saludable, explica Chávez, asesora en lactancia materna. La leche materna se adapta a las necesidades del bebé, mientras que la fórmula comercial mantiene una composición constante.
El estómago de un recién nacido tiene un tamaño similar al de una cereza, con una capacidad equivalente a una cucharadita de leche. En esta etapa, el bebé carece de las enzimas necesarias para metabolizar la caseína, una proteína grande presente en la leche de vaca. Sin embargo, a medida que el bebé crece, su capacidad gástrica aumenta, al igual que su habilidad para digerir ciertos componentes.
De manera similar, la leche materna cambia su composición con el tiempo. Al principio, el calostro, la primera leche que produce la madre, puede contener hasta un 80% de proteína de suero y un 20% de caseína. «Las madres que han lactado por más de un año producen leche con mayor contenido de grasas y calorías, lo que demuestra la maravilla de la leche materna», señala la doctora Chávez.
Estudios confirman que los bebés alimentados exclusivamente con leche materna durante al menos seis meses tienen menos riesgo de desarrollar cáncer, especialmente leucemia, y enfermedades crónicas como el asma o la rinitis, además de reducir la mortalidad infantil.
Las madres que lactan también se benefician, ya que tienen menor riesgo de padecer cáncer de mama, ovario, de seno, diabetes tipo 2 y osteoporosis. Además, la hormona oxitocina, liberada durante la lactancia, ayuda al útero a volver a su tamaño normal, acelerando la recuperación postparto.
«Para mí, el principal beneficio es el vínculo que se establece entre madre e hijo a través del contacto piel con piel, el olor y la capacidad del bebé para decidir cuánto quiere consumir», afirma Chávez.
Investigaciones desde los años 90, demuestran que los bebés prematuros que tienen contacto piel con piel con sus padres se recuperan más rápidamente que aquellos que no lo tienen y que son alimentados exclusivamente con fórmula o biberón.
Consideraciones económicas y éticas
Otro gran beneficio de la lactancia materna es el ahorro económico. Las familias que no recurren a la fórmula infantil, biberones y esterilizadores ahorran considerablemente, ya que una fórmula básica cuesta entre mil 500 y 2 mil pesos mensuales, lo que se traduce en un gasto anual de entre 18 mil y 24 mil pesos. Las fórmulas especializadas pueden superar los 50 mil pesos anuales.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que, si se lograra la lactancia materna universal durante los primeros seis meses de vida, se podrían ahorrar más de 300 millones de dólares anuales a nivel mundial.
Sin embargo, en México sólo 3 de cada 10 madres logran una lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, debido a la falta de un entorno favorable que las apoye. «No alcanzar la lactancia materna universal no es solo una cuestión de decisión personal; muchos factores ambientales lo inhiben», señala Chávez.
Las prácticas intrahospitalarias son uno de esos factores inhibidores. En muchos casos, se separa al recién nacido de su madre, cuando la recomendación es un apego inmediato. Esto es más común en hospitales privados, donde los bebés son colocados en incubadoras durante más de ocho horas, inhibiendo la lactogénesis, el proceso que inicia la producción de leche. Este procedimiento es impulsado por razones económicas, ya que cuanto más tiempo permanezca el bebé en la incubadora y consuma fórmula, mayor será el costo para las familias o los seguros, y mayor la ganancia para hospitales y farmacéuticas.
Además, la forma en que un bebé succiona del biberón es muy diferente a la del pecho, donde se requiere un mayor esfuerzo y se utilizan más músculos para extraer la leche. «Un bebé necesita solo cinco mililitros de leche el primer día, pero a veces se le da hasta 30 mililitros con el biberón, lo que le provoca sensación de pesadez y sueño, por eso se duermen y no hacen ruido», explica Chávez.
Las malas prácticas hospitalarias también inhiben la alimentación a libre demanda o cada tres horas, como recomiendan los especialistas, y pueden llevar a las madres a sentir que no son capaces de producir suficiente leche o pensar que el niño la rechaza, lo que es una de las principales razones de abandono de la lactancia.
De acuerdo con un análisis de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023 de nuestro Instituto, en 2023, en Jalisco se registraron 526 mil 232 nacimientos. El 90% de esos hijas e hijos nacidos vivos lactaron y el resto no.
De acuerdo con la encuesta, la principal razón fue que la madre no dio leche materna a su bebé fue porque nunca tuvo leche en 48%; o el niño o la niña la rechazó en 28.4%; o la mamá estaba enferma en 10.2%; el/la bebé estaba enfermo(a) en 5.1%; y el personal médico le recomendó fórmula en 2.4 por ciento. Mientras que por otras razones fue el 5.9 por ciento.
Recomendaciones y cambios necesarios
Chávez, asesora en lactancia materna, enfatiza la urgencia de que las clínicas y profesionales de la salud conozcan y se certifiquen en la Iniciativa Hospital Amigo del Niño y la Niña, lo que implica capacitar a todo el personal de salud en los 10 pasos necesarios para establecer el apego inmediato entre madre e hijo.
Asimismo, es crucial la implementación del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna, que protege la lactancia materna de prácticas comerciales poco éticas, regulando las acciones de la industria farmacéutica y hospitalaria para evitar abusos.
En cuanto a las recomendaciones laborales, la Ley Federal del Trabajo en México establece que las mujeres tienen derecho a descansar seis semanas antes y seis después del parto. «Muchas mujeres trabajan hasta el último día antes de dar a luz para acumular 12 semanas y poder pasar más tiempo con sus bebés», comenta Chávez.
Pero, México es uno de los países con menos semanas pagadas de incapacidad por maternidad a nivel mundial, por lo que es importante mejorar las normativas y leyes en favor de las mujeres, impulsando espacios higiénicos y adecuados para la lactancia en instituciones y empresas.
Es fundamental llevar a cabo campañas de concientización con información actualizada sobre lactancia materna, para contrarrestar creencias y prácticas erróneas que provoca que familiares o amigos den indicaciones a la madre sin saber del tema. También se debe respetar y fomentar el apoyo a las madres mediante redes de soporte y asesoría por parte de profesionales de la salud especializados en lactancia.
Clío Chávez subraya la importancia de que las carreras de salud incluya una formación sólida en lactancia materna, con especialidades y maestrías dedicadas a este tema. Además, en las salas de maternidad de los hospitales, se debería reconocer el papel crucial de las asesoras en lactancia, tal como se hace en otros países.
«Todos podemos contribuir en el tema de la lactancia materna y, desde nuestra posición, ayudar a una mujer que está en ese proceso, que no es nada fácil», concluye la especialista.