La historia de Julián Chávez Balderrama está llena de mapas, líneas y paisajes. Él ha trabajado por más de 16 años en el IIEG.
Julián Chávez Balderrama, es un experto en montañas, paisajes, lagos, ríos, sierras, árboles y caminos de Jalisco. Ha andado prácticamente todo el Estado. Es un hombre-coordenada. Un ser lleno mapas mentales de la tierra jalisciense.
Nació un miércoles 9 enero de 1963, en Chihuahua, Chihuahua. Es Capricornio y según el zodiaco quien nace bajo ese signo se caracteriza por ser disciplinado, práctico y prudente.
Cuando tenía 3 años, Julián llegó a Guadalajara junto con su familia, un clan grande, pues tiene ocho hermanos: 5 hombres y 3 mujeres. Cuenta que su madre se llama Eva Balderrama Rodríguez y es ama de casa. Su padre Bernardo Chávez Córdova fue secretario general de un sindicato de la empresa Albamex; y se dedicó a trabajar como electricista en la construcción de fábricas, como la Kodak o la Celanese, y decidió quedarse en Guadalajara al sentir el buen clima de la ciudad.
Fue así que Julián creció aquí y decidió estudiar en la Universidad de Guadalajara para ser ingeniero agrónomo. Al terminar su carrera se encargó -por tres años- de un rancho ubicado en San José del Valle de Nayarit. “Ahí sembrábamos frijol, maíz, mango y tamarindo”.
Después buscó trabajo como ingeniero agrónomo pero se decepcionó por las precarias condiciones laborales.
Luego se enteró que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) buscaba personal para trabajar en el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares Urbanos (PROCEDE). Entonces Julián hizo exámenes y obtuvo las mejores calificaciones. Lo contrataron y lo capacitaron en Geodesia, Estación Total y Fotografía Aérea.
“Me gustó mucho porque era el trabajo era en campo; y supervisaba las brigadas de la Región de Occidente: Nayarit, Colima, Jalisco y Michoacán”, dice.
Laboró por 10 años en el INEGI donde utilizaba aparatos topográficos que miden ángulos y distancias, así como fotografías aéreas para identificar parcelas, árboles, cerros y arroyos. Además llenaba bitácoras y adjuntaba imágenes de ejidos y comunidades.
Cuando los datos de un ejido no se lograban completar por problemas legales, Julián regresaba con otra brigada para terminar el trabajo. Además capacitó al personal que ingresaba al INEGI, quienes principalmente eran jóvenes de preparatoria.
Andar los caminos
Fue en mayo 2002 que compitió por ingresar al Instituto de Información Territorial, ahora el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG) para elaborar el Atlas de Caminos y Carreteras del Estado de Jalisco (ACCEJ).
“Fui el afortunado en quedarme en el proyecto. Yo operaba el receptor GPS en un método cinemático, el cual cada dos segundos se reporta una coordenada. En el vehículo colocas una antena y vas registrando en cada camino todos los elementos posibles: escuelas, balnearios, unidades deportivas, casas de salud, templos, puentes, alcantarillas, bibliotecas y gasolineras”.
Para lograr establecer el ACCEJ, el IIEG se unió con Secretaría de Comunicaciones y Transportes, con la Secretaría de Desarrollo Urbano y con cada municipio para hacer una base de datos que entre todos llenaban.
Julián recorrió todas las carreteras principales de Jalisco y salía 10 kilómetros más allá de los límites territoriales del Estado para registrar los espacios.
“Trabajábamos toda la semana hasta 16 horas por día. Llevábamos cartas topográficas y solicitábamos apoyo de presidente municipal que junto a la Secretaría de Desarrollo Rural y de Obras Públicas nos señalaban en un mapa los caminos principales del municipio y los subrayaban con amarillo. Cuando los recorríamos los coloreábamos de anaranjado. Nos deteníamos en cada escuela, jardín, alcantarilla y tomábamos fotografías y coordenadas de cada uno de los sitios”.
El Atlas de Caminos y Carreteras del Estado de Jalisco (ACCEJ) se terminó en 2005 y fue actualizado en 2012. Fue una gran hazaña pues ningún Estado del país tenía algo similar. El ACCEJ está lleno de detalles y es muy preciso. “Lo valioso es la cantidad de datos y de información extra que funcionó para las secretarías del gobierno, para la de Salud, la de Educación”.
En estos momentos, Julián trabaja con imágenes de satélite para renovar la información del ACCEJ. Además apoya con mediciones al personal de gobierno sobre asuntos agrarios y al Congreso del Jalisco para ofrecer datos sobre límites municipales.
“Hemos elaboramos la medición del municipio del San Ignacio de Cerro Gordo; los límites de la Manzanilla con la Huerta y de Ixtlahuacán de los Membrillos. En caso de que se hagan expropiaciones nosotros también podemos apoyar en ese tema. Hemos también medido los polígonos que se queman en la primavera desde el helicóptero”.
Una de las cosas que más conmueve a Julián son los paisajes. “Es espectacular, ver el amanecer donde los agaves resplandecen por las telarañas que llenas de rocío se iluminan con el Sol. Es algo único, ver millones de luciérnagas en el horizonte.
“Conozco todo el estado de Jalisco y me gustan principalmente los prismas basálticos de San Sebastián del Oeste que son piedras en tiras como de 20 metros. Además me siento orgulloso de haber participado en la elaboración del ACCEJ y en traer datos a Jalisco que funcionan para la toma decisiones y la creación de políticas públicas”.
Uno de los trabajos más recientes de Julián fue realizado en el municipio de Mezquitic. El 6 de junio de 2019 Julián despegó a bordo del helicóptero Witari desde el Bosque La Primavera para llegar a los límites territoriales que dividen a Jalisco de Nayarit, junto con personal de asuntos agrarios y de Semadet así como de representantes de la comunidad wixárika de San Andrés Cohamiata, (Mezquitic). Ellos volaron varias horas para aterrizar en parajes limítrofes del estado. En estos puntos utilizaron el receptor GNSS GRX2 para delimitar territorios. Los datos recabados servirán como prueba ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para la defensa de 24 mil hectáreas de Jalisco que están en disputa con Nayarit.