En el marco del #DíaMundialdelaHipertensión, platicamos con el especialista de la UdeG, Salvador Fonseca Reyes, sobre esta enfermedad, sus riesgos y cómo debemos cuidarnos
Durante el 2022, Jalisco registró 45 mil 406 casos de hipertensión arterial, por lo cual se posicionó como la novena causa de enfermedad entre la población del estado. De esa cantidad, 25 mil 319 (55.8%) eran mujeres y 20 mil 087 hombres (44.2%).
Esta enfermedad, según Salvador Fonseca Reyes, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara, es un aumento en la presión sanguínea. Sin embargo, hay que considerar que cualquier persona, en algunos momentos del día podrá tener mayores niveles de presión arterial pues dependerá de las actividades que realiza. “Por ejemplo, la presión será más alta cuando estamos despiertos y más baja cuando estamos dormidos; es decir, lo que se llama ritmo circadiano”.
De esta manera, la presión arterial puede ser alta sin que esa situación se considere una patología. “Esto es muy importante saberlo porque a veces se hacen diagnósticos incorrectos porque encuentran al azar una presión alta en algún momento del día.”
La función de la presión arterial es vital para que el organismo mueva la sangre desde el corazón a todos los tejidos a través de las arterias. En la hipertensión, las arterias muestran una mayor contractilidad, lo que puede llevar a problemas cuando el aumento es constante y frecuente.
Una preocupación clave es que esta enfermedad suele ser asintomática, ganando la etiqueta de «asesino silencioso». Este silencio puede llevar a daños significativos con el tiempo. Por ejemplo, el aumento de la presión arterial puede dañar las arterias y agrandar el ventrículo izquierdo del corazón, eventualmente conduciendo a insuficiencia cardíaca.
“Cuando una persona dice que se sintió muy mal porque le subió la presión, le dolió la cabeza, tuvo zumbidos en los oídos o mareos significó que atravesó situaciones comunes asociadas a otros trastornos o fueron situaciones normales de la vida diaria y no al aumento de la presión arterial”.
Los daños que provoca
Los daños asociados a la hipertensión no suelen manifestarse hasta que se producen eventos cardiovasculares graves como infartos cerebrales o cardíacos. Esto se debe a que estos efectos adversos pueden tardar años en desarrollarse.
“Un daño en las arterias produce ateromas que van obstruyendo el paso de la sangre, con la posibilidad de desarrollar infartos tanto en el cerebro como en el corazón o en ocasiones es tan alta la presión que puede romper algunas arterias en la cabeza y producir un derrame, trastornos que se dan generalmente a largo plazo”, explica el profesor investigador en el Centro Universitario de Ciencias de la Salud desde hace 34 años.
Factores como la mala alimentación, el sobrepeso, el tabaquismo y otros, pueden acelerar estos daños. Además, la genética también juega un papel importante en la predisposición a la hipertensión.
Cuando una persona tiene padres o hermanos con la enfermedad es más probable que esa persona desarrolle la patología, pero si además tiene sobrepeso, consume demasiada sal y no hace ejercicio su presión arterial será cada vez más alta hasta llegar al valor que se considera hipertensión: 140 -90.
“La única manera precisa de saber que alguien tiene hipertensión es midiendo la presión”, indica Fonseca Reyes clínico del nuevo Hospital Civil de Guadalajara.
Prevención y tratamiento
El principal motivo de que se presente la hipertensión tiene que ver con el estilo de vida, por ello, para prevenir la enfermedad es necesario llevar una vida más saludable, comer menos sal, menos embutidos o alimentos y sustancias procesadas que contienen mucha sal. “En México, se calcula que cada persona consume entre 8 y 9 gramos de sal al día, excede 3 o 4 veces más la cantidad recomendada”.
Mantener un peso ideal, consumir verduras, hacer ejercicio entre 30 y 40 minutos al día, y 4 o 5 veces a la semana. Evitar el tabaco y el consumo de alcohol. “Un estilo de vida más saludable podría retrasar o evitar que las personas desarrollen hipertensión y al mismo tiempo pues son parte del tratamiento”.
En poblaciones que llevan un estilo de vida más saludable la hipertensión es mucho más baja. México en la escala mundial tiene un deshonroso primer lugar en obesidad infantil y segundo lugar en adultos.
El investigador dice que los medicamentos no se utilizan de manera igual para todas las personas. Es necesario identificar las características de cada paciente para hacer la mejor elección del tratamiento. Además, hay fenotipos y diferentes formas de hipertensión: leves, moderadas, severas, secundarias o primarias, por ello, se requieren diferentes enfoques tanto de diagnóstico como de tratamiento.
La hipertensión es de por vida, sólo se puede controlar, indica Fonseca Reyes. “Existen algunas causas secundarias que si son identificadas tempranamente y tratadas correctamente pueden curar la hipertensión, pero son casos mínimos. La mayor parte de la hipertensión es primaria, es decir, 9 de cada 10 pacientes va a vivir con ese problema y lo que pueden hacer es cuidarse, mantenerse estable y prolongar su vida”.
La hipertensión es una de las principales causas de muerte de enfermedad cardiovascular en el mundo, y en México no es la excepción pues el 50% de las muertes cardiovasculares tienen que ver con la hipertensión.
Cada vez más jóvenes afectados
Fonseca Reyes con más de 30 años de experiencia explica que cada vez hay más jóvenes con hipertensión primaria.
La hipertensión primaria es la forma más común y no tiene una causa específica identificable. Se cree que factores genéticos, ambientales y el estilo de vida contribuyen a su desarrollo. Puede desarrollarse gradualmente con el tiempo. Mientras la hipertensión secundaria se produce debido a una causa subyacente identificable como enfermedades renales, trastornos hormonales (como el hipertiroidismo o el síndrome de Cushing), apnea del sueño, consumo excesivo de alcohol, uso de ciertos medicamentos y problemas en las glándulas suprarrenales.
“Si un médico veía a un paciente de menos de 30 o 40 años, pensaba que lo más probable era una hipertensión secundaria y se buscaba e investigaba la causa, pero actualmente hay niños, y jóvenes que tienen hipertensión primaria porque tiene sobrepeso, no hacen ejercicio, y comen mal”.
Detalla que los niños no salen a correr prefieren estar frente a un dispositivo electrónico y consumir alimentos chatarra. Pero también se ha visto que al bajar de peso y adhiriéndose al tratamiento es posible disminuir la cantidad de medicamentos para controlar esta enfermedad y que además tienen efectos secundarios a largo plazo.
Fonseca Reyes recomienda aumentar el nivel de conciencia de los padres sobre la educación alimentaria. Introducir en las escuelas asignaturas que promuevan un mejor estilo de vida pues en la niñez es más probable que se produzcan cambios, ya que en los adultos es más difícil. Bombardear a la población con campañas sobre mejorar su estilo de vida, alimentarse de manera más saludable, y promover hacer ejercicios.