Un 7 de septiembre de 1963 se elevó a categoría de ciudad a la población de Tamazula de Gordiano. María de Jesús Ochoa Ortiz, experta en Educación, da detalle de la cultura, las tradiciones y las leyendas que caracterizan a este lugar.
Tamazula de Gordiano es un lugar de bosques y montañas que se localiza en la región Sur del estado de Jalisco. Tiene una extensión territorial de 1,425.39 kilómetros cuadrados y colinda con los municipios de Santa María del Oro, Quitupan, Zapotlán El Grande, Mazamitla, Zapotiltic, Tecalitlán, Jilotlán de los Dolores, Concepción de Buenos Aires y Gómez Farías. Su nombre proviene de Tlamazolan que significa: “Lugar de sapos”.
De acuerdo con el Diagnóstico Municipal de Tamazula de Gordiano, elaborado por nuestro instituto, un 7 de septiembre de 1963 se elevó a ciudad esta población “por su importancia en todos los órdenes, como estímulo a la amplia labor desarrollada por sus habitantes y en memoria del insigne Insurgente Don Gordiano Guzmán”.
María de Jesús Ochoa Ortiz, experta en Educación y maestra en Docencia e Investigación, cuenta que en la antigüedad habitaron en esa región los toltecas, chichimecas, aztecas, tarascos y otras tribus.
Además, Tamazula destaca por su belleza paisajística pues se rodea de cerros y bosques.“Pertenecemos a la Ruta del Sierra del Tigre y estamos cerca de Mazamitla”.
El casco antiguo está considerado como patrimonio arquitectónico y cultural. Su plaza principal cuenta con varias esculturas elaboradas en honor a Miguel Hidalgo y Costilla; a Benito Juárez; a los músicos y hermanos Juan y David Záirar; así como a Francisco y Gordiano Guzmán quienes participaron en la Independencia de México.
“También en el municipio se encuentran las estatuas de José María Martínez Rodríguez, quién fuera líder cañero reconocido a nivel nacional; y de Aarón Sáenz Garza quien fue el general de división del ejército de Álvaro Obregón”.
Sus edificios más destacados son el Templo Parroquial de Nuestra Señora del Sagrario; el Templo de la Virgen de Guadalupe, que tiene un estilo colonial; el Ayuntamiento; el Centro Cultural Julio Barbosa Castañeda; la Casa de la Cultura de Vista Hermosa; el Museo de los Hermanos Záizar; el Acueducto Santa Rosa que data de 1610; el Teatro Tamazula Margarita Moreno y las ex haciendas como la de San José de Contla; de Villahermosa, y San Vicente.
“Y en el Santuario dedicado a la Virgen del Sagrario hay pinturas consideradas obras de arte”, explica Ochoa Ortiz, quien es también jefa de la División de Estudios Profesionales y Estudios Escolares en el Tecnológico Superior de Jalisco, unidad académica Tamazula.
El orgullo y las fiestas de Tamazula
Los hermanos Juan y David Záizar son representantes de la música y del talento de esta ciudad, cuenta Ochoa Ortiz, experta en investigación.
Se cuenta que los hermanos Záizar cantaban mientras se bañaban en un río y un productor de radio, dueño de la chocolatera La Corona, fue quien los descubrió y los invitó a hacer algunos programas en la XEW en la Ciudad de México.
Ya en la capital, se presentaron en ocho programas de radio en la XERH gracias a la oportunidad brindada por Arsenio Tuero, siendo también escuchados por el locutor de radio Pedro de Lille, quién les brindó más oportunidades para continuar con su carrera artística.
Juan y David Záizar formaron, junto con Daniel Terán y Refugio Calderón, el cuarteto de Los Cantores del Bosque, el cual se presentó en la XEW y tiempo más tarde se disuelve, quedando solamente Juan y David a dueto como Hermanos Záizar y grabando su primer LP en 1951 para la RCA Victor.
“Tienen una trayectoria muy amplia. Juan fue parte de la sociedad de autores y compositores de México, tiene más de 300 canciones, entre ellas, Cielo Rojo, Cruz de Olvido, La Basurita, El Cofrecito, Que lindo es mi pueblo y No tiene la culpa el indio. Mientras que David Záizar fue considerado el rey del falsete”.
Además, ellos filmaron la película Cruz de Olvido, una obra considerada patrimonio cultural de la región que narra las tradiciones de Tamazula.
Ochoa Ortiz dice que una de las tradiciones principales y que se cuenta en la película, es la fiesta realizada en honor a la Virgen del Sagrario, patrona de Tamazula, que se lleva a cabo del 23 de enero al 2 de febrero. Para esta conmemoración se adornan las calles, hay juegos pirotécnicos, castillos, cohetes y se celebra un novenario. Cada día hay una peregrinación que culmina con una misa de acción de gracias.
En las mismas fechas y de manera paralela, se celebra la Feria de Tamazula con eventos musicales y teatro. En esos días de fiesta popular y religiosa, los pobladores reciben a sus familiares que viven en otros lugares y preparan la Comida del Ausente.
“Para la Comida del Ausente, se hace primero una peregrinación y después una misa. Al finalizar la misa, a los visitantes se les brinda comida típica: birria de cerdo y ternera, carnitas, y nieve de garrafa en un recinto que alberga hasta 4 mil personas, y la fiesta se ameniza con mariachi”.
Otra celebración muy propia de Tamazula, es la realizada cada 13 de septiembre cuando los jóvenes de la Escuela Secundaria Gordiano Guzmán -ubicada en San Francisco, lugar donde nació Gordiano Guzmán-, trasladan una antorcha hacia el centro donde se encuentra la estatua del prócer y encienden otra tea que simboliza el inicio de las festividades de septiembre.
Para octubre festejan el aniversario de Tamazula nombrada ciudad. Ochoa Ortiz explica que el 7 de septiembre se decretó que la población se elevará a categoría de ciudad y en ese decreto se estipula que fuera un 12 de octubre que se hiciera de manera oficial.
Su comida tradicional y sus leyendas
La birria de cerdo y ternera, así como los antojitos mexicanos como el pozole, enchiladas, tamales, atole, chocolate caliente, sopes, carnes asadas, tacos de adobada y carnitas son las comidas más tradicionales de Tamazula.
También están las tostadas raspadas elaboradas en los hogares. “Es una tortilla que le quitan con la mano la parte de arriba y queda una tortilla raspada que fríen en aceite y le colocan lomo, pata, panela, o cueritos”.
En los dulces, tienen los encurtidos de calabaza, camote, biznaga y guayaba; así como los de leche y de coco. Preparan ponches de frutas, pulques, pajaretes, mezcal, tequila, tuba y tejuino; y venden el jugo de caña en nieve raspada y paletas.
La gente de Tamazula se destaca por ser trabajadora, amable, emprendedora, solidaria y hospitalaria. La mayoría se dedica a la agricultura.
“Actualmente, el 75% de la vocación del municipio está dedicada a la agronomía. Tenemos cultivos a cielo abierto como el de maíz, frijol, pero también hay invernaderos con pepino, pimiento, jitomate. Además, de un agro-parque que maneja pimiento morrón, berries, caña de azúcar, aguacate. Hay muchas hectáreas con caña de azúcar”.
Además, Tamazula tiene un encanto especial por las leyendas que se han ido transmitiendo de boca en boca y que han prevalecido varias generaciones, entre ellas: El ánima del callejón; La piedra del vigía; La cueva encantada; El cerro de la mesa; La noria de la parroquia; La cruz del Cerro de la Mesa; Los pasajes subterráneos; Las comadres de Santa Rosa; y El pozo de los indios.
Ochoa Ortiz cuenta que Tamazula hay una cueva grande que se encuentra en uno de 3 caminos que existen para llegar al Cerro de la Mesa.
A la cueva, las personas pueden ingresar caminando, sin embargo, deben detenerse en una parte del trayecto porque se acaba el oxígeno. La leyenda de La cueva encantada trata de que solamente un día al año se abre completamente y quien logre ingresar, encontrará al final del camino un pueblo que ofrece una gran vendimia de frutas y verduras.
Se dice que es posible pasar todo el día en ese mágico lugar, pero cuando las personas regresan por la cueva encantada escuchan una voz que dice: “Todo o nada” obligándolos a salir sin ningún producto o testimonio de que estuvieron en ese misterioso y bello espacio.