La especialista en políticas públicas, Evelyne Rodríguez, analiza las características económicas de las localidades rurales de Jalisco, basado en un estudio que realizamos sobre las cualidades económicas que las hacen propensas a la inseguridad alimentaria. Advierte que es importante conocer la oferta y demanda de cada localidad.
Para informar de las estadísticas económicas y financieras generadas durante junio, nuestro instituto elaboró el Boletín Económico Mensual donde presenta con mayor profundidad un análisis de las localidades rurales en Jalisco que tienen características económicas que las hacen más propensas a la inseguridad alimentaria.
De acuerdo con el análisis de los datos obtenidos del INEGI destacan que el estado cuenta con 10 mil 56 localidades que no son cabecera municipal, en donde viven 981,019 personas, el 11.8% de la población de la entidad según el Censo de Población y Vivienda 2020.
El 79.8% de las localidades de la entidad tienen menos de 100 habitantes, y concentran el 1.8% de la población total de Jalisco. Asimismo, hay 216 localidades entre 1,000 y 2,499 habitantes, con una concentración de 4.1% de la población total de Jalisco.
El análisis aclara que el abasto de alimentos indica si en una localidad se puede comprar diariamente al menos uno de los siguientes alimentos: frijol, maíz, harina o tortillas de maíz, harina o pan de trigo, arroz, leche, huevo, carne de res o de puerco, pollo, pescado fresco, o frutas y verduras.
Del total de las localidades rurales, el 35.4% cuenta con abasto de alimentos, el 47.2% no tiene abasto de alimentos, mientras que, del resto, el 17.4% no hay información.
“La población que habita en localidades rurales que no cuenta con abasto de alimentos asciende a 110 mil 390 personas, lo que representa el 11.3% de la población rural”, detalla el documento.
El análisis también señala que solo en el 27.4% de las localidades rurales se puede comprar diariamente frijol, en el 25.0% maíz, en el 27.5% harina o tortillas de maíz, en el 25.3% harina o pan de trigo y en el 27.9% arroz.
El 4.2% de las localidades rurales cuentan con tianguis o mercado sobre ruedas, el 24.6% con tienda de abarrotes, el 4.3% con tienda Diconsa, el 1.1% con lechería Liconsa, y el 2.4% con farmacia. Además, solo el 1.5% de las localidades cuenta con comedor comunitario.
Con relación al lugar de trabajo de la mayoría de los habitantes de la localidad rural, en el 47.8% de los habitantes trabajan en la misma localidad, en el 10.7% trabajan en la cabecera municipal, en el 22.7% de las localidades la mayoría de las personas trabaja en otra localidad, mientras que se encontró que en 129 localidades, que representan el 1.3% de las localidades rurales, la mayor parte de los habitantes no trabaja, ya sea porque no son formalmente remunerados o es población que se sostiene de remesas, pensiones o transferencias.
- COMUNIDADES RURALES
- 10,056 localidades que no son cabecera municipal.
- 79.8% de las localidades tienen menos de 100 habitantes.
- 35.4% cuenta con abasto de alimentos.
- 47.2% no tiene abasto de alimentos.
- 17.4% no hay información.
Finalmente, sobre la actividad principal, 7,160 localidades de un total de 10,056 tienen actividad económica reportada. De éstas, 4,289 se dedican principalmente al cultivo de productos agrícolas, 2,420 a crianza de animales, 106 a pesca o caza, 87 a la elaboración de artesanías, y 162 a otras actividades económicas.
Evelyne Rodríguez, maestra en Políticas Públicas de la Universidad de Harvard, Escuela de Gobierno John F. Kennedy, explica que estos son datos interesantes, sin embargo, con esa información no es posible aseverar que el 11.3% de la población rural en Jalisco tiene desabasto de alimentos.
Para Rodríguez, es importante que el INEGI diseñe preguntas distintas para conocer las características reales de consumo y abasto de alimentos. El análisis debería de ser de una manera más integral el abasto donde se añaden conceptos producción, disponibilidad de compra de productos saludables; productos endémicos de consumo y abasto; productos con mayor demanda a fin de lograr un mayor conocimiento de la población y diseñar políticas públicas más adecuadas.
“Lo interesante de la información es que describe el tamaño de las localidades rurales en el estado, la cual es muy similar a los demás lugares del país, y que se caracterizan por tener población dispersa en sitios pequeños. De las 200 mil localidades que hay en el país, el 75% son de menos de 100 habitantes, y para el caso de Jalisco, el 82% son de menos de 100 habitantes”, explica la también economista.
Las localidades rurales se definen, de acuerdo con el INEGI, cuando existe una población de menos de 2 mil 500 habitantes, sin embargo, esta definición sólo abarca población y no territorio. “La realidad es que, es muy diferente vivir en una localidad de menos de 100 habitantes a 200 kilómetros de cualquier otra localidad, a vivir en un sitio a menos de 5 kilómetros de otro sitio más grande donde existan más tiendas o mercados”.
- ABASTO DE ALIMENTOS
- 27.4% puede comprar diariamente frijol.
- 25.0% se puede comprar diariamente maíz.
- 27.5% se puede comprar diariamente harina o tortillas de maíz
- 25.3% se puede comprar harina o pan de trigo.
- 27.9% se puede comprar arroz.
La información debería analizar a las comunidades más alejadas, porque a esos sitios es muy complicado y caro hacerles llegar cualquier servicio: escuelas, hospitales o movilidad, indica Rodríguez, quien también es consultora independiente de organismos internacionales en política social.
Además, en el tema de abasto, el INEGI se centra en el acceso diario a alimentos como frijol, harina, arroz, pescado, huevo y pan de trigo, en localidades de 100 habitantes o 20 familias; cuando es necesario poner la lupa en las localidades dispersas y analizar su lejanía o cercanía con otros sitios, tianguis, establecimientos o mercados dominicales.
Rodríguez destacó que el 95% de las comunidades pequeñas en Jalisco se dedican al cultivo de productos agrícolas y a la crianza de animales. Entonces, se producen y se compran alimentos como un ecosistema, por ello, es importante conocer también la oferta y demanda de cada localidad en específico.
Cuando se establece una tienda con precios subsidiados lo que sucede es que los agricultores no pueden competir con una oferta pública de esa magnitud, desalentando la actividad económica local. De esta manera, para el abasto también es necesario considerar la demanda local y el autoconsumo de su producción, “ya que si eres un productor de maíz posiblemente no vas a adquirir maíz”.
Además, “en México, difícilmente existen comunidades con problemas de desnutrición por consumo calórico, lo que sí existe es la malnutrición, sobrepeso y obesidad, por ello, sería importante considerar el abasto saludable, el acceso a alimentos más sanos o productos frescos como verduras y frutas”.
El problema del abasto es para las personas que no acceden tan fácilmente a alimentos frescos porque son más caros y difíciles de encontrar. Por ejemplo, hay quienes utilizan mucho tiempo en trasladarse de su casa en las comunidades a sus puestos de trabajo en la ciudad, o hay personas que habitan en las ciudades y no tienen tiempo de cocinar y comen lo que encuentran en la calle, que por lo general son alimentos poco sanos. Por ello, es importante definir desde un principio el problema del abasto saludable para evitar un alto costo en términos de salud pública.