El cambio climático provoca mayor número de inundaciones, incendios y deforestaciones. Por ello, urge disminuir nuestra manera de consumir para evitar poner en riesgo la vida de la especie humana, y a los demás seres del planeta, explica el académico Alberto Coronado, a propósito del Día Mundial de la Eficiencia Energética.
Celebrar el Día Mundial de la Eficiencia Energética, el 5 de marzo de cada año, tiene el objetivo de recordar que el ahorro de energía contribuye a la sustentabilidad, la productividad, la competitividad de los países, a reducir la contaminación y a mejorar la salud pública.
Desde 2002 se registran temperaturas cada vez mayores, y por lo menos vivimos con un grado más de calor que en la etapa preindustrial, periodo que abarca del año 1850-1900. La meta para el 2030 es no superar el 1.5 grados que fija el Acuerdo de París, un pacto que establece las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La mala noticia es que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) estimó que el planeta podría rebasar -en los próximos cinco años- esa barrera de 1.5 grados de más calor.
Para Alberto Coronado Mendoza, académico e investigador de la Universidad de Guadalajara, es fundamental cambiar nuestras conductas y ahorrar energía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que han contribuido al cambio climático, y que se traducen en sequías, inundaciones, en calor o en frío extremo que afectan a todos territorios y seres del planeta.
Afirma que los estudios científicos indican que un aumento de la temperatura de 2 o 3 grados provoca más inundaciones, incendios y deforestaciones.
“Cada año, en la época de incendios vemos que en California, Australia y España se producen más siniestros debido al calentamiento global. Al tener menos bosques, hay menos reciclado de dióxido de carbono y ello provoca aumento de temperatura. Sin árboles, hay menos lluvia y menos captación de agua para llenar los mantos freáticos que ponen en riesgo nuestra existencia como especie humana, y de las demás especies del planeta”.
El investigador advierte que es urgente transformar nuestra conducta, que debemos tener claro que, para fabricar cualquier pieza, componente, indumentaria, calzado, computadora o vehículo, se gastan recursos que requieren del agua y energía eléctrica. Por ello, necesitamos disminuir nuestros consumos, ya que al adquirir más empeoramos la situación.
“Necesitamos hacer conciencia respecto a nuestras actividades y el impacto que generan al medio ambiente. Necesitamos establecer cambios de conducta en nuestras casas, en las oficinas, y en la manera que nos movemos para disminuir los efectos del cambio climático”, dice Coronado Mendoza, el también doctor en Energías Renovables y Eficiencia Energética por parte de la Universidad de Zaragoza, en España.
Para la entrada de la primavera, el especialista recomienda colocar en los techos de los hogares impermeabilizantes con reflejante para disminuir la ganancia térmica y lograr usar menos tiempo el aire acondicionado o los ventiladores. “Para los ventanales, utilizar películas adherentes, o plantar árboles frente a las ventanas para crear humedad, sombra y reciclar el dióxido de carbono”.
Es importante apagar los equipos y aparatos electrónicos. Cambiar la iluminación a tipo Led. Regular los termostatos del refrigerador. Utilizar lo menos posible la plancha de ropa o usarla con mayor volumen de prendas. Mantener las lámparas del hogar apagadas y, para las avenidas públicas, comprar luminarias con sensores de presencia para ahorrar hasta 50 por ciento de energía.
Desenchufar los contactos que alimentan computadoras, impresoras, frigoríficos, despachadores de agua o microondas cuando no se estén utilizando; o usarlos responsablemente al invertir en tecnología que ayude a moderar su uso, explica Coronado Mendoza, maestro en Control Automático por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Es importante optar por vehículos eléctricos tanto personales como masivos, (tren ligero, metro, o trolebuses), en vez de los que necesitan quemar derivados del petróleo. Además, el uso de la bicicleta es la opción perfecta para movernos en ciudades que cuentan con ciclovías.
Con una mayor conciencia y con cambios a equipos más eficientes es posible ahorrar hasta un 30% en oficinas y corporativos. La idea es que todos pensemos cómo utilizar energías renovables, como la fotovoltaica.
Los paneles solares
A propósito de este día, nuestro instituto realizó un mapa del cuadrante del barrio de San Andrés donde se muestra la orientación de las azoteas, y la relación que existe respecto a las coordenadas y al rendimiento de la generación de energía en caso de instalarse paneles solares.
El mejor rendimiento de los paneles solares se da cuando los techos están orientados hacia el sur (S), y su utilidad baja conforme se desvía de esta coordenada. Las orientaciones sureste (SE) o suroeste (SW) presentan pérdidas de 1 a 4%, por lo que se considera que aún tienen buen rendimiento.
Las orientaciones este (E) u oeste (W) presentan mermas de hasta 20%, y se les califica como medianamente aceptable. Para las azoteas colocadas al norte (N) no se recomiendan paneles solares por su poco rendimiento, y en comparación con el costo de instalación, ya que las estructuras de soporte deben estar opuestas a la inclinación.
Las acciones en México
México ha firmado distintos acuerdos internacionales para reducir la huella de carbono, es decir, el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano.
En 1989, nuestro país estableció la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae), y en 2008 este organismo cambió a la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) con el fin de supervisar que los edificios federales implementen programas de eficiencia energética.
Además, algunos estados como Jalisco trabajan con Agencias de Energía, que determinan acciones climáticas a implementar en el interior de sus edificios estatales. Mientras que la Universidad de Guadalajara tiene el Programa Universitario de Transición Energética (PUITE) que estudia medidas de ahorro, y de eficiencia para implementar en los centros universitarios y preparatorias.
A nivel municipal, el Ayuntamiento de Guadalajara creó la Alianza para la Acción Climática, que colabora con diferentes sectores sociales para conocer el impacto que tienen las acciones de mitigación o de transición energética.
El año pasado el Área Metropolitana de Guadalajara fue reconocida con el premio de Acción Climática Global de la ONU por su plan de adaptación y mitigación ante el cambio climático. El reconocimiento fue el trabajo realizado por el Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (IMEPLAN) en su planteamiento de acción climática y evaluación de todas las potencialidades que se tienen para disminuir esa huella de carbono.
El investigador Coronado Mendoza insiste que estas acciones federales, estatales y municipales contribuyen al medio ambiente, por ello, es importante que se les inyecten recursos económicos para el arranque y la continuidad de los proyectos.
Enfatiza que como sociedad debemos apostar por un modelo de economía sustentable. “Por la pandemia se observó una disminución del consumo energético debido a que las empresas se mantuvieron cerradas, sin embargo, ahora que se retoma la nueva normalidad ha comenzado de nuevo el incremento en las emisiones y el consumo”.
Consume menos energía
- Impermeabiliza los techos con material reflejante.
- Apaga los equipos y aparatos electrónicos.
- Cambia la iluminación a tipo Led.
- Regula los termostatos del refrigerador.
- Usa la plancha con mayor volumen de prendas.
- Mantén las lámparas del hogar apagadas.
- Utiliza vehículos eléctricos tanto personales como masivos.
- Utiliza más la bicicleta para transportarte.
- Coloca en los ventanales películas adherentes o plantar árboles.