El 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización. Martha Vergara Fregoso, investigadora de la UdeG, nos explica la importancia de llegar a la literacidad y promover el pensamiento crítico.
En la actualidad, el concepto de alfabetización va más allá de leer y escribir; implica también la capacidad de utilizar e interpretar el conocimiento y aplicarlo en la vida cotidiana, señala la doctora e investigadora de la Universidad de Guadalajara Martha Vergara Fregoso.
Explica que la alfabetización no se limita únicamente a las habilidades de lectura, escritura y cálculo, sino que se concibe como un medio para identificar, comprender, interpretar, crear y comunicar, adaptándose a un mundo cada vez más complejo y digitalizado.
Para comprender el tema, nuestro Instituto realizó el análisis Día Internacional de la Alfabetización 2024, que se basa en los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) sobre Jalisco.
El análisis señala que, al segundo trimestre del 2024, en el Estado había 6 millones 781 mil 371 personas de 15 años y más; de las cuales, 6 millones 627 mil 182 estaban alfabetizadas, mientras que un monto de 154 mil 189, no sabían leer ni escribir un recado.
El 53.4% (82,376) de las personas analfabetas eran del sexo femenino y el 46.6% (71,813) del masculino. Lo que implica que, en la entidad había 115 mujeres que no sabían leer y escribir un recado, por cada 100 hombres en la misma situación.
En México, explica la experta Vergara Fregoso, la tasa de alfabetización ha mostrado un progreso significativo. Según datos del INEGI 2020, el 95% de la población mayor de 15 años está alfabetizada. Sin embargo, este 5% restante, que equivale a aproximadamente 4 millones de personas, aún no sabe leer ni escribir.
Las tasas de analfabetismo son más altas en zonas rurales e indígenas y se ven exacerbadas por la desigualdad de género. «Las mujeres, especialmente en comunidades rurales, enfrentan barreras para acceder a la educación. Ser mujer en estos contextos perpetúa un ciclo de pobreza y limitaciones económicas», afirma la académica de la Universidad de Guadalajara.
Además, las tasas de alfabetización varían significativamente entre las regiones del país. En el sur de México, en estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, el analfabetismo supera el 10%, mientras que en la Ciudad de México y Nuevo León, esta cifra es menor al 2%.
La doctora en Educación señala que en América Latina, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la tasa de alfabetización es del 93%, lo que implica que al menos 30 millones de personas en la región son analfabetas, especialmente en zonas rurales y en condiciones de pobreza.
De manera similar a México, la disparidad en América Latina es evidente. Países como Uruguay y Argentina tienen tasas de alfabetización superiores al 98%, mientras que en Guatemala y Nicaragua estas rondan entre el 80 y 85%.
Avances y desafíos
Los avances en países como Uruguay y Argentina han sido posibles gracias a políticas educativas desarrolladas e implementadas de manera conjunta por los sectores gubernamentales, académicos y la sociedad civil, indica la investigadora.
En México, aunque se han registrado avances, aún existen importantes desafíos para reducir el analfabetismo, desafíos que se agravaron con la pandemia. Entre estos retos se encuentran los rezagos históricos, la marginación en comunidades rurales e indígenas y la limitada participación comunitaria.
Es urgente implementar políticas culturales y educativas que aborden estos desafíos de manera integral y con un enfoque intercultural, explica la doctora Vergara Fregoso. «Es fundamental considerar aspectos como la lengua, los modos de vida y las costumbres locales». Los materiales educativos que llegan a las comunidades indígenas están en castellano y su contenido no está relacionado con su cosmovisión. «Estos materiales están muy alejados de su realidad cotidiana», añade.
Vergara Fregoso enfatiza que la alfabetización debe evolucionar del simple concepto de leer y escribir hacia una aplicación en la vida diaria. No obstante, esto es difícil de lograr en las comunidades indígenas si los materiales educativos siguen siendo los mismos que se distribuyen en las ciudades. La investigadora también reconoce los avances en las políticas educativas, como el hecho de que las zonas rurales no se evalúan de la misma manera que las áreas metropolitanas, pero insiste en que es necesario cambiar los procesos formativos hacia lo que se conoce como «literacidad».
La literacidad está relacionada con el uso práctico de la lectura y la escritura. Se trata de desarrollar habilidades y competencias que permitan a una persona no solo leer y escribir, sino también procesar y recopilar información para convertirla en conocimiento útil. Esto contribuye a la toma de conciencia y a la capacidad de tomar mejores decisiones.
Sin embargo, en muchas comunidades rurales las escuelas carecen de condiciones dignas. A menudo no cuentan con la infraestructura adecuada, no son salubres y carecen de servicios básicos como electricidad o internet. Por tanto, es crucial realizar inversiones para dotar a estas escuelas de mobiliario, bibliotecas, computadoras, libros y espacios adecuados para el desarrollo y la recreación.
Otro factor que incide en las tasas de alfabetización son las desigualdades económicas. En muchos casos, los padres no han desarrollado las habilidades básicas necesarias para apoyar a sus hijos en su educación. La experta en investigación educativa subraya que la alfabetización debe entenderse como un proceso integral, con un enfoque intercultural, en el que los contenidos para los niños sean relevantes y les enseñen sobre su propio contexto. «Los libros deben contener textos completos, no fragmentados, para que el estudiante pueda decidir qué leer», recalca.
Vergara Fregoso señala que el diseño e implementación de políticas públicas educativas debe involucrar la experiencia de universidades, centros de investigación, estudiantes y organizaciones de la sociedad civil. Solo así se podrá alcanzar la literacidad y fomentar el pensamiento crítico.